Going bananas

Los que seguimos los avances de la IA estamos flipando con la nueva plataforma de generación de imágenes de Google, Nano Banana. Puedes hacerlo directamente en Gemini, en la opción Imágenes. Pero la potencia que tiene Nano Banana en la edición, al nivel de Adobe Photoshop, pero sin necesidad de saber usar ninguna herramienta, está volviendo locos (to go bananas en inglés) a los que necesitan editar imágenes.

Un artículo que lo muestra de una forma muy gráfica es este de Xataka, que sitúa a personas en lugares y épocas en los que no ha estado, con personas con las que no han coincidido, y que completa muy bien el cuerpo de una persona a partir de una foto que llega hasta el pecho. Otro ejemplo es este a continuación, que me sitúa en el escenario propuesto y completa mi outfit según mis indicaciones.

Interfaz de Nano Banana en la que le solicito unir dos imágenes en una creación nueva.

¿Hacia donde va esto?

El jueves 4 de septiembre (2025) asistí a una conferencia del periodista de The Economist David Rennie en Espacio Fundación Telefónica, en la que se trataba precisamente de este tema: cuál es la situación de la IA en el plano geopolítico y hacia dónde se dirige.

Imagen de la conferencia de David Rennie en la que, supuestamente, yo estoy sentada en el sillón amarillo. Pues bien: allí no había nadie.

David Rennie, un hombre muy culto que ha vivido largos periodos en China, explicó varios aspectos muy interesantes de la batalla por alcanzar la inteligencia artificial general (AGI), que comparó con la batalla por construir la bomba nuclear y, también, con la creación de internet. En resumen, las posiciones de las grandes potencias que mencionó son estas:

  • EE. UU. lucha por tener las herramientas de IA más potentes y mejores, reservándose los procesadores y chips de primer nivel. Se prioriza la innovación sobre el control, pues lo que interesa es el avance más rápido posible. Esto puede dar lugar a preocupaciones éticas sobre los riesgos ya conocidos de la IA (sesgos, manipulación, alucinaciones).
  • China, mientras desarrolla potentes sistemas de control (reconocimiento facial, supervisión de trabajadores), lucha por estar en segundo lugar: considera que llegar el primero no es tan importante como difundir sus herramientas lo máximo posible. No serán las mejores, ya que EE. UU. ha vetado su envío de los mejores procesadores a China, pero sí serán suficientemente buenas y a bajo coste, de manera que la batalla puede ganarse por cantidad, en lugar de por calidad.
  • El lugar que le queda a la Unión Europea es la regulación. Me gustó cómo justificó David Rennie la existencia de tanta regulación en Europa: es la manera en que los 27 países, muy distintos entre sí, puedan tener un marco común que los iguale en derechos y responsabilidades. Pero el precio que pueda pagar Europa por la posición que desempeña no lo puede controlar: tal vez se quede fuera del juego y tenga que ocupar un lugar más discreto en la batalla, como simplemente definir el AI Act, el marco regulatorio de la IA en Europa.

La IA en la educación

Mientras finalizo la lectura de un gran libro, Think Like a Marketer, Train Like an L&D Pro (Piensa como un experto en marketing, forma como un profesional de aprendizaje y desarrollo), del excelente diseñador instruccional Mike Taylor, en España la cosa va por otro lado: usemos la IA para todo.

Muchas empresas de formación están probando con modelos en los que la IA (ChatGPT o un LLM muy similar) está literalmente generando todo el contenido que se va a impartir, incluidas las preguntas, con escasa intervención de expertos en la materia o en diseño instruccional. ¿Cuál es la calidad de ese contenido? Pues hay que decir que es cada vez mayor: ChatGPT-5, el que yo utilizo, puede generar contenidos con un nivel muy alto de expresión, precisión y claridad, adaptados al estilo que se le solicita. Hay dos problemas aquí:

  • que esos contenidos no suelen tener alma (son demasiado esquematizados o estructurados, o bien, demasiado entusiastas, pero, sobre todo, con una sensación robótica que los alejan del alumnado) y
  • que esos contenidos siguen teniendo «alucinaciones», pero cada vez es más difícil detectarlas: suena todo tan creíble que se puede colar información inexistente, incluso basada en fuentes como páginas web que son malinterpretadas de alguna manera.

La IA en cualquier generación de contenido

Es muy tentador utilizar la IA para todo: a través de prompts cada vez más sencillos, los resultados son cada vez más ajustados, de manera que la tendencia puede ser a generar todo a través de prompts. Me llamó la atención que David Rennie, el periodista de The Economist, fuera claro sobre el tema: no usa la IA para escribir sus artículos.

Si necesito la IA para escribir mis artículos, ¿qué clase de periodista soy? Puedo entender su uso para localizar fuentes o traducir una información de un idioma que no hablo, pero no puedo concebir no ser yo quien escribe sus artículos.

Pues bien, con una frecuencia creciente, los contenidos que encontramos en páginas web y redes, incluidas páginas de periódicos, tienen ese deje que hace sospechar de un texto generado por IA.

Y es que nos queda por valorar si el tiempo que se invierte en escribir un prompt (segundos) y obtener una respuesta (segundos), sumado al tiempo de revisar críticamente esta respuesta y adaptarla al contenido que estamos elaborando, es menor al que dedicaríamos escribiendo el texto a partir de las fuentes «tradicionales».

Y algo que tiene mayor calado: necesitamos sopesar cómo nos sentimos en cada uno de los casos, qué sensación (motivación, aburrimiento, ansiedad, interés, curiosidad, descontento) tenemos cuando simplemente copipegamos un texto de la IA o cuando lo elaboramos. Haz la prueba. Esto referido a textos, pero pregúntale a un diseñador gráfico cómo se siente al obtener imágenes a través de prompts frente a crearlas por sí mismo.

Me despido desde mi casa de Malibú.

Un libro de realidad aumentada

En abril os avisé de la publicación de mi libro más ambicioso: Itinerario personal para la empleabilidad, II. Pues bien: el libro no se extingue en sus páginas, sino que va mucho más allá. En muchos aspectos, es un libro de realidad aumentada, que trae consigo muchos recursos que le van a venir genial al profesorado que va a impartir este módulo, y más si es su primer año. Así, el libro aún se está escribiendo: el equipo de Paraninfo y yo estamos preparando estos recursos de realidad aumentada.

¿Qué recursos se extienden más allá del libro?

Pues te cuento: ya el propio volumen en papel trae los cómodos códigos QR para que el alumnado pueda visitar los muchos enlaces que aporto, tanto para reforzar los puntos que tratan las unidades como para ampliar la información. Además, el profesorado que confirma su adopción como libro de texto, recibe recursos que me habría encantado tener cuando comencé a dar clases. Os cuento el detalle pormenorizado de cada uno (por cierto, cada recurso tiene una relación directa con los resultados de aprendizaje y los criterios de evaluación que establece la normativa):

  • Solucionario: la mayoría de las actividades que se plantean en cada unidad no tienen la solución en el libro, como ocurre con el test de comprobación, las preguntas de aplicación y ampliación y, sobre todo, el caso práctico propuesto y el reto. Para el profesorado, es un apoyo fundamental tener las soluciones sin tener que elaborarlas ellos mism@s.
  • Anexos: he procurado que este libro hable de herramientas actuales para que resulte más fácil realizar un trabajo una vez se acceda al mercado laboral. En los anexos, se amplía la información sobre cómo se utilizan estas herramientas, paso a paso. Estos anexos están tanto en formato PDF como SCORM, es decir, el profesorado puede subir el recurso a su plataforma (Moodle o similar) y el alumnado puede consumir estos recursos en formato interactivo. Como además son evaluables, presentan una ocasión excelente para valorar la utilización de las herramientas.
  • Examina: por si la cantidad de actividades que trae cada unidad no fuera suficiente, se ofrece un «Examina» con preguntas adicionales de todo tipo y con su solución. El objetivo es que el profesorado pueda plantear preguntas o exámenes más allá de las cuestiones que su alumnado ya puede encontrar en el libro.
  • Cuaderno del alumno: es un recurso con el que el alumnado puede repasar los contenidos, ya que propone actividades prácticas para todas las unidades, en formato de preguntas abiertas.
  • Programación didáctica: sé muy bien el esfuerzo que supone al profesorado crear sus programaciones didácticas cuando al mismo tiempo están preparando las clases, las presentaciones y otros temas. Así que considero que este recurso les vendrá a las mil maravillas, aunque tengan que hacer pequeñas adaptaciones.
  • Libro digital proyectable: el libro puede colgarse en formato digital en una plataforma como Moodle, de manera que será navegable.
  • Presentación en PowerPoint: se ofrece una presentación en PowerPoint para cada unidad. ¡Así se las ponían a Felipe II! ¿Sabes el tiempo que se dedica a crear presentaciones para la siguiente clase? Quizá cada profesor/a dedique al menos el mismo tiempo a preparar una clase que a impartirla, sobre todo los primeros años.
Esta es una diapositiva de ejemplo, en la que se plantea un resumen de lo que se ve en el primer apartado de la Unidad 3.

¿Alguna ventaja más de IPE II?

Desde el principio, la editorial me planteó que querían un libro diferente, novedoso y rompedor. Así, creé todo el contenido desde cero, sin consultar libros anteriores de los módulos Empresa e iniciativa emprendedora (EIE) o Formación y orientación laboral (FOL), pero con el asesoramiento de un profesor experto, unidad por unidad.

Así, el resultado es un libro fresco, moderno, creativo, que no se entretiene en hablar de leyes y normativas, sino que las referencia y se centra en ser práctico, buscando que los conocimientos se apliquen.

Me gustaría destacar especialmente los retos. Es verdad que se ha puesto de moda que haya retos en educación. Lo que pasa es que yo llevo planteando retos desde mi participación en el programa de RTVE Aprendemos en casa, cuya parte pedagógica lideró Training Wheels, y que surgió a raíz de la pandemia. A los guionistas, especialistas en preparar contenidos pedagógicos, nos transmitieron muy bien cuál es la idea de un reto: se trata de plantear una problemática al alumnado, que tendrá que utilizar su pensamiento crítico (y muchas otras competencias) para resolverlo. Es el planteamiento, no es el «te guío paso a paso».

Así, en el libro de Itinerario personal para la empleabilidad, II planteo retos como estos:

  • Un equipo de alto rendimiento en un entorno extremo. Imagina que la Tierra ha comenzado un proyecto para establecer una colonia en Marte, y tú eres candidato/a para formar parte del equipo ¿Posees las competencias personales, sociales y emocionales para ser un miembro clave de esta expedición?
  • ¿El fin justifica los medios? Este reto profesional consiste en aprender sobre Shein y determinar hasta qué punto cumple o no con los valores éticos y sociales de la economía circular y la economía del bien común. Si no los cumple, ¿el fin justifica los medios?
  • En el mundo soñado por Elon Musk. Ahora vivimos en el mundo soñado por Elon Musk, un mundo crecientemente inundado de inteligencia artificial, big data, aprendizaje automático, redes neuronales… Es en este mundo en el que tienes que encontrar trabajo.
  • Mission: it’s possible! Eres un agente de la IMF (Fuerza de Misiones Imposibles). Tu misión investigar cómo las startups innovadoras pueden integrar principios de sostenibilidad en sus proyectos. Te infiltrarás en una empresa emergente del LinkedIn Top Startups 2024 para obtener conocimientos clave que puedan revolucionar el desarrollo de tu propia startup sostenible.

Y hasta aquí puedo leer: os aseguro que tanto los retos como los casos prácticos están desarrollados con mucho detalle y diseñados para aplicar lo aprendido en las unidades, con un traslado fácil al mundo real, y siempre con los RA, CE referenciados. Así, aconsejo este libro no solo al alumnado de FP, sino al alumnado en sus últimos años universitarios.

Charla en la Universidad de Nuevo León, México

El pasado martes (1/4/25) tuve la suerte de impartir un taller online sobre mi libro Herramientas de coaching en la Universidad Autónoma de Nuevo León, México, concretamente en la Facultad de Contaduría Pública y Administración (FACPYA), gracias a Ediciones Paraninfo. Alrededor de 200 asistentes del profesorado de la Universidad tuvieron la ocasión de conocer más de cerca el contenido de este libro y, sobre todo, sus aplicaciones prácticas.

¿Cómo se presenta un libro?

Tengo que decir que ya había presentado libros antes, pero hacía mucho tiempo. También, lo había hecho de manera presencial, así que estaba en parte en un terreno nuevo y motivador.

El taller arrancó con la presentación de Ediciones Paraninfo, que transmitió con entusiasmo su firme apuesta por la excelencia educativa y el valor de sus publicaciones. Se puso en valor la colaboración entre docentes como motor de innovación en el aula y se ofrecieron canales de contacto para impulsar nuevos proyectos académicos en equipo.

Cuando llegó el turno de presentar el libro y realizar un pequeño taller sobre coaching, elegí hacer una presentación corta, de 10-12 minutos, que aportaba la estructura del libro y las ideas clave que se trabajan en sus dos módulos.

En el módulo 1, expliqué muy por encima los referentes del coaching, el rol del coach y las habilidades que ha de tener, el código ético al que debe adherirse, los beneficios del coaching y las 3 corrientes fundamentales: americana (Thomas Leonard), europea (John Whitmore) y ontológica (Rafael Echeverría).

En el módulo 2, se da una importancia fundamental al conocimiento y la gestión de las emociones, haciendo hincapié en las últimas teorías del funcionamiento del cerebro. Luego, se da paso a las siglas básicas: G.R.O.W. para las fases de una sesión y S.M.A.R.T. para la fijación de objetivos. Se explica la relación entre el coaching y la mejora continua (Lean, Kaizen) y se revisa el modelo triaxial de los valores.

¿Cómo puede ayudar el coaching al profesorado?

Lo más interesante fue escuchar las preguntas del profesorado asistente a esta charla:

  • ¿Cómo se puede aplicar el coaching en el aula? Ciertamente, no es un proceso de coaching estándar, pero se puede beneficiar del coaching de equipos. Puede utilizarse el modelo SMART para guiar al alumnado hacia sus objetivos.
  • ¿En qué consiste el coaching ontológico? Bien, era necesario que esta corriente de coaching se creara, pues el coaching europeo, o el norteamericano, adolecen (desde mi humilde punto de vista) de falta de profundidad. Así, el coaching ontológico invita a la reflexión personal, permite apoyar al alumnado al profundizar en su identidad (¿Quién soy?) y sus aspiraciones (¿Qué puedo ofrecer?).
  • ¿Cómo aplicamos Lean en el aula? La metodología Lean permite aumentar la competitividad en los mercados. Si se trabaja por proyectos, es muy interesante aplicar la metodología TPS (Toyota Production System), de la que se deriva Kaizen.
  • ¿Cómo aplicamos el coaching en nuestras tutorías? El coaching puede mejorar la eficiencia personal y la calidad de las tutorías al fomentar una escucha profunda y la formulación de preguntas poderosas para entender mejor las necesidades del alumnado.

Agradecimientos

Estoy muy agradecida a Ediciones Paraninfo por la oportunidad de abrir el mercado latinoamericano para este libro, en particular a Carmen Lara, Marcelo Villani y Nancy Ochoa por su apoyo en esta presentación.

También, por supuesto, a la Jefa de Capacitación y Desarrollo Francis Alejandra Moreno Godoy por organizar todo el evento y a María Mayela Terán Cazares, Maestra investigadora del área de Ciencias Administrativas, por acoger este taller.

¿Quién dijo que no se puede aprender nada nuevo después de los 50?

El uso continuado de distintas aplicaciones de IA me ha llevado a trabajar de otra manera, como si tuviera un compañero (ese becario entusiasta pero con poca memoria) con el que consultar el planteamiento de un contenido o de un recurso. ¿Quién dijo que no se puede aprender nada nuevo después de los 50?

Por cierto, ya todo tiene IA, no se trata solo de los modelos de lenguaje independientes, como ChatGPT o NotebookLM, sino que las herramientas de mi día a día, como Adobe, Articulate, Canva e incluso Office incorporan la IA por doquier, incluso «de más».

De mis lecturas sobre cómo enseñar, recuerdo muy bien una frase:

No enseñes de más (no des recursos en exceso para explicar el concepto).

Y a veces la IA está para mí «de más», cambiando tus textos sin que se lo hayas pedido, siempre servicial y optimista, simplificando y a veces distorsionando los mensajes. Así, personas como Jesús Alonso Gallo no utilizan la IA para crear sus textos, porque pierden muchísima autenticidad.

El uso de Canva para hacer vídeos incorporando las voces creadas por IA de Eleven Labs me ha descolocado: antes, la producción de vídeo era lo más caro de la formación online y lo que más tiempo llevaba. La locución profesional no era cara, pero había que solicitarla. Ahora, una máquina habla en perfecto castellano y con locución profesional, indistinguible en muchos momentos de la voz humana. Ahora puedo producir un vídeo de 1-2 minutos con acabado profesional en 1 hora.

Más rápido, más lento

Y sin embargo… Lo que estoy pensando en esta época en que cuesta actualizarse sobre el avance loco de la IA, a pesar de que sigo a Ethan Mollick y, sobre todo, a David Mattin, es que cada vez cobra más valor lo artesanal, no como un reducto anacrónico en un pequeño pueblo de la España vaciada, como sería el encaje de bolillos, la cestería, la marroquinería (que también me resultan muy interesantes)… No, como una reivindicación de lo humano, de la calidez, la autenticidad y, por qué no, del error humano. Observa que el boletín que envía David Mattin se llama New World Same Humans, es decir, Un nuevo mundo, los mismos humanos.

Cada vez valoro más lo que se ha cocinado a fuego lento, incluso literalmente (comidas hechas a fuego lento). A fuego lento, se ha podido reflexionar sobre un contenido, se ha podido digerir, ha dado tiempo a hacerse preguntas sobre él y a enfocarlo de otra manera, no quedándose en lo superficial. Sobre esto, tengo una anécdota interesante:

Tratando de crear un vídeo sobre la construcción de la Ópera de Sídney con Synthesia, una herramienta de IA para hacer vídeos, la herramienta determinó, para mi asombro, que mi texto infringía unas normas internas. Pero ¿qué ponía en mi guion que no pasó un filtro de normativa? Pues hablaba del fracaso de ese proyecto: la poca experiencia de su arquitecto cuando aceptó la construcción del edificio y la desafortunada intervención del político que quiso adelantar los plazos y reducir los costes. Esto, sin dar nombres.

Esta restricción y el retraso de mi creación del vídeo me llevó a reflexionar: ¿qué es lo que no se ha comido la IA? ¿Qué ha filtrado, la crítica al político, mencionar el fracaso del arquitecto, o ambos? Y esto me llevó a un lugar nuevo: la compasión por ese arquitecto y el planteamiento totalmente diferente del guion. En lugar de hablar del fracaso con el tono de «es que no podía pasar otra cosa, ¡qué desastre!», hablaría de la sensación de impotencia del arquitecto al ver que todo se le iba de las manos, con el tono de «nunca habría deseado que esto pasara».

Tal vez esta velocidad que adquiere la producción de todo contenido, asistido por IA, permite precisamente la reflexión profunda sobre lo que se está haciendo, para qué sirve y cuál es la mejor óptica para plantearlo. Eso siempre que se reflexione o se analice lo que arroja la herramienta de turno. De otra manera, vamos ciegos a lo que estamos comunicando y difundiendo.

Entonces, después de los 50 puedes aprender que, gracias a la velocidad de las herramientas y los sistemas, puedes ir más lento, al ritmo que corresponde a «peinar canas», respirando entre una barrida y otra, como Beppo, el barrendero de Momo.

Después de los 50 es cuando he vuelto a publicar en papel, dos libros que he cocinado a fuego medio (ni muy lento, ni muy rápido) sobre temas de interés para quienes seguís este blog: Herramientas de coaching y Habilidades de comunicación en el aula.

El mazacote

Explicaba hace pocos días Marian Rojas Estapé la necesidad de mantener niveles altos de dopamina que nos generan las redes sociales y otras apps con notificaciones o cambios. También habla de ello un clásico de nuestro blog, Andrew Huberman, que explica cómo en cada parte de satisfacción del deseo hay un dolor asociado a necesitar más de lo mismo la próxima vez. Lo hace al hablar de la motivación, pues la dopamina está detrás de ella:

Es probable que la mayoría de la sociedad en edad de estudiar o trabajar esté drogada con altos niveles de dopamina que anulan el córtex prefrontal. Competir con esa constante fuente de gratificación tan adictiva es un reto para quienes nos dedicamos a generar contenidos. Si además se trata de «contenidos pedagógicos», la probabilidad de que el usuario abandone esa información en pro de algo mucho más motivador, atractivo y que enganche es muy alta.

Lo que se nos pide desde las editoriales y otros proveedores de materiales formativos es «cortar el rollo» a través de:

  • Simplificar.
  • Trocear.
  • Favorecer la claridad frente a la precisión.
  • Añadir elementos gráficos siempre que sea posible.
  • Agregar interactividad por doquier.

He observado que nuestro lenguaje se va haciendo más superficial, a base de evitar ser demasiado retórico, demasiado oscuro por buscar la precisión, o demasiado «intenso». Por otro lado, yo siempre he defendido un lenguaje llano y el uso de frases cortas (lee cualquier entrada de este blog), porque facilita la comprensión del mensaje y lo acerca al receptor. Pero…

Pero, ¿qué habría sido de nosotros en la época de Galdós?

Acabo de terminar de leer un episodio nacional de don Benito, Bodas reales, que tiene como trasfondo las bodas simultáneas de Isabel II y su hermana Luisa Fernanda. He de decir que no es de las mejores novelas de Galdós. También tengo que decir que, como nos está pasando con esto de la dopamina, me cuesta más mantener la atención en un texto con este aspecto:

Página aleatoria de un episodio nacional de Galdós especialmente denso.

Obsérvese que hay que llegar muy abajo en la página para encontrar un punto y aparte. Este episodio tenía la mayoría de las páginas como esta, lo que en sí no es bueno ni malo (hay que valorar el contenido de cada una), pero sí lo hace un mazacote más difícil de digerir que cuando se ofrecen diálogos, frases más cortas o capítulos más sintéticos. Lo cierto es que he podido con ello, sigue dibujando personajes con maestría, emocionando con las ideas y venidas de personajes anónimos que tienen cierta relación con los personajes históricos, pero, cada vez que pasaba la página y veía de nuevo tantas letras juntas, confieso que me generaba una cierta frustración.

Las ventajas de estar en el siglo XXI

Creo que la simplificación del idioma, de los mensajes y de los materiales formativos ha ayudado a acercarlos al alumnado y a llegar a una audiencia mayor. Si comparo los manuales de formación que publiqué en 2010 con los que he publicado en 2025, Herramientas de coaching y Habilidades de comunicación en el aula, los nuevos son menos retóricos, tienen muchos más ejemplos, actividades y casos prácticos, gráficos mejor elaborados y un saber situarse en el lugar del lector /profesorado /alumnado que no podía tener cuando carecía de la experiencia que tengo hoy.

Para mí es fundamental el respeto al alumnado. No suele ser el que paga la formación, por tanto, no es el cliente final, pero sí es el destinatario, a quien se dirigen los esfuerzos por hacer comprender unos conceptos y ayudar a aplicarlos. Su experiencia ha de ser de calidad, y esto mejora los productos formativos. Respetar al alumnado cambia el material educativo, lo acerca, le quita un corsé. Y lo que más mejora son los test, porque no se busca «pillar» ni «ser gracioso», sino ayudar al alumnado a detectar qué partes no ha comprendido bien o no le han quedado del todo claras.

Dice Isra Bravo

Dice Isra Bravo que el título de los capítulos de un libro es lo que hace que ese libro se venda. Y estoy de acuerdo en que ayuda: estás en una tienda, real o virtual, hojeas un libro y los títulos de los capítulos te ayudan a entender de qué va. Es más, te atraen, te enganchan, te despiertan la curiosidad… o no.

Lo que pasa es que en un libro de formación reglada esos títulos vienen impuestos, como es el caso de los manuales que acabo de publicar: Herramientas de coaching y Habilidades de comunicación en el aula. Estos libros responden a un currículo decidido en un programa formativo fijado por el Ministerio de trabajo, migraciones y seguridad social. Así, ni el título del libro, ni el título de los capítulos, ni, por ende, el contenido de estos, lo decide el autor.

El autor tiene que honrar aquello que ya está establecido.

Imagen generada por IA directamente en WordPress. Este libro debe de tener unos títulos de capítulo flipantes.

¿Qué hacer entonces?

Pues poner la creatividad a tope. Cuando una unidad se titula, por ejemplo: «El diálogo y otros discursos plurigestionados», buscas la manera de explicar algo relevante para el alumnado, utilizando lo que conoces e investigando lo que no. Tal como dice Brigitte Champetier:

Las dificultades nos hacen creativos.

Y así es: cuando no escribo lo que me da la gana, sino lo que viene marcado por una ley, o por lo que solicita un cliente, o lo que exige un plan de estudios, entonces mi creatividad se pone a prueba, así como mi capacidad para hacer atractivo e interesante un contenido que no llama la atención por su título.

A veces, se podría flexibilizar esta escritura y poner títulos «más locos». Pero en la formación suelen esperarse títulos aburridos. Un título loco llama la atención y, a continuación, asusta a quien ha encargado el material. Muy en la base de todo esto está el «la letra con sangre entra», frase espeluznante, esa creencia de que la formación tiene que aburrir, porque si no «es otra cosa». Esa puede ser una razón por la que existen tantos cursos malos, tal como afirma el gran Tom Kuhlmann, uno de los mejores diseñadores instruccionales de EE. UU.

Y es que es otra cosa la que se necesita: la formación tiene que motivar y tiene que ayudar a retener y utilizar conceptos. Ayuda mucho más el título «¡Incendio en la planta 8!» que «Prevención de riesgos de incendio». Hay muchos estudios científicos sobre esto. Sea un libro o un curso de formación en línea, la experiencia del alumnado se enriquece mucho si utilizamos principios de marketing, como hace Mike Taylor, diseñador instruccional senior. Por ejemplo, según comenta el propio Mike:

¿Sabías que el alumnado se forma una impresión de tu formación en tan solo 50 milisegundos? ¡Eso es más rápido que un parpadeo! Si tu diseño y presentación no captan la atención al instante, ya los has perdido.

Así que, siempre que sea posible, vale la pena motivar, sea a través de títulos más atractivos, sea a través del contenido pertinente, entretenido y práctico.


Por cierto, he de decir que los títulos de los capítulos ayudan, pero que un libro puede tener mucho éxito con títulos crípticos, tan escuetos que no dicen absolutamente nada. Eso pasa con el famoso libro de Eric Ries, El método Lean Startup, que va por la edición 26.ª en Deusto, con capítulos como: «Saltar», «Probar», «Definir», «Pivotar (o perseverar)», o «Formar lotes». Cuando vuelves al libro y quieres encontrar rápidamente dónde hablaba de los early adopters, te toca revisar el libro casi página por página.

Del revés, del derecho

Hoy os hablo de Del revés 2, la última producción de Pixar. Si quieres una información sobre emociones muy trabajada y bien documentada, accede a esta entrada sobre qué son las emociones y cómo influyen en el logro de metas. Pero si te apetece divertirte y no te importa sacrificar un poco de exactitud por un mucho de diversión, en Del revés 2 verás reflejadas las emociones de otra manera.

Al margen de esto, lo que me motiva a mencionar esta película es el estudio que hay detrás: Pixar. La gestión de proyectos de esta empresa es ejemplar. Tanto, que Bent Flyvbjerg la menciona en Cómo hacer grandes cosas como ejemplo continuo de cómo se gestiona un proyecto con éxito.

¿Qué tienen de especial los proyectos de Pixar?

Pixar comenzó siendo un estudio pequeño que quería hacer películas de animación en 3D. Son los que realizaron la primera película de animación por ordenador del mundo, Toy Story. Su forma de trabajar permite ver a qué se debe su éxito. Antes de arrancar cualquier proyecto, se permite a los directores que dediquen meses a dar con una buena idea para una película.

Después, siguen estos pasos:

  1. Crear un esquema de unas doce páginas que desarrolla el argumento de la idea principal. Esta descripción de lo que ocurre, cuándo y dónde se pasa a distintos perfiles para que la lean. El director creará una nueva versión a partir de estos comentarios.
  2. Escribir un borrador del guion, de ciento veinte páginas. Este guion también se pasa a directores, guionistas, ilustradores y ejecutivos y también es revisado.
  3. A partir del guion contrastado, se crea un storyboard detallado (un dibujo cada 2 segundos de película) que se pasa a vídeo. Se añade locución no profesional y algunos efectos de sonido. De nuevo, distintos perfiles visualizarán el vídeo y darán sus comentarios. Por otro lado, un equipo más experimentado dará también su feedback. Todo este análisis permite seleccionar aquello que funciona y, sobre todo, desechar lo que no, mucho antes de producir de verdad la película. El coste es bastante menor, aunque el tiempo dedicado a estas primeras fases parezca demasiado.
  4. Se crea una segunda versión del vídeo basado en el storyboard y se vuelve a mostrar.
  5. El proceso se itera hasta ocho veces. Los cambios en las dos primeras veces son sustanciales, y después van disminuyendo. Así, el resultado final es un producto altamente probado, mejorado y validado.

Con este proceso se han creado películas como Ratatouille, Del revés (Inside Out), WALL·E, o Monstruos, S.A., entre otras muchas.

Un momento… ¿iterar 8 veces?

Sí. En cambio, la forma de trabajar en la que todo tiene un plazo demasiado cercano y en la que sistemáticamente se dejan de lado las fases de planificación y estructuración, tiene una clara desventaja: en la fase de ejecución se descubre tooooodo aquello que no se tuvo en cuenta, que es muchísimo, incluido en bastantes ocasiones el público destinatario del producto.

Lo barato es caro.

Quizá repetir el mismo proceso 8 veces parezca prohibitivo, pero cuando no se hace, los proyectos acaban resultando cargantes a quien los crea, al cliente y al destinatario final. Y, sobre todo, acaban siendo más caros, mucho más, de lo que habrían sido de respetar las primeras fases. Ocurre que el exceso de coste se lo suele comer quien crea el proyecto, no el cliente, por lo que se sacrifica el posible margen que supuestamente iba a dar el proyecto con una ejecución «rapidísima».


Volvamos a Pixar. Del revés 2 te puede gustar más o menos, te puede parecer, como a mí, que no alcanza el nivel de la primera parte. Pero es indudable que puedes percibir todo el trabajo que hay detrás, cómo se ha cuidado cada detalle, cómo se han documentado, trabajando después esos personajes nuevos que representen las nuevas emociones de la niña.

Sólo con quedarse a ver los títulos de crédito, se puede constatar la cantidad de profesionales que han contribuido al producto final.

La invasión de los ultratextos

Poco a poco y de forma discreta se va inundando el mundo cibernético de textos escritos con ChatGPT. Es como la invasión de los ultracuerpos: parecen humanos, pero no lo son. Sí, los textos son coherentes, al contrario de lo que pasa con algunos personajes en algunas series. Sin embargo, son tan traicioneros como las traducciones que no se cuidan.

Todo va bien mientras se sepa «arreglar» lo que entrega ChatGPT. O se dedique tiempo a ello. Pero no: estoy observando que distintos redactores se conforman con el estilo entusiasta y al mismo tiempo extremadamente racional, repetitivo y robótico de la primera respuesta que da el modelo de lenguaje colosal (large language model o LLM).

Hay información de sobra en las redes de cómo ajustar los prompts (esas preguntas o solicitudes que se hacen al programa) para que dé mejores respuestas. Lo que pasa es que hay que molestarse en hacerlo. Es más: incluso después de haber entrenado a la IA para dar un tipo de respuestas, es necesario editarlas. Pero no se hace: así, es MUY fácil detectar si un texto lo ha escrito ChatGPT, incluso si estás utilizando la versión 4o de pago.

Imagen generada con ChatGPT 4o (DALL.E). Según el mismo ChatGPT: «Aquí tienes una representación abstracta y futurista de cómo me imagino como ChatGPT. Es una figura humanoide luminosa, con circuitos brillantes y una atmósfera digital y estrellada, simbolizando vasto conocimiento y posibilidades infinitas. La imagen transmite inteligencia, empatía y sabiduría».

Características de un texto de ChatGPT que no se ha editado

Los textos entusiastas y racionales de ChatGPT tienen algunas características «que cantan Carusso»:

  • Frases con «es crucial», «es fundamental» en las que esta expresión sobra. Para ChatGPT todo es crucial y fundamental. Por ejemplo: «Al adentrarnos en el mundo de Microsoft Azure, es esencial comprender la estructura sobre la que se construyen y operan sus vastos servicios en la nube».
  • Contexto con expresiones de lugares comunes: «En el mundo digital actual, la comunicación entre dispositivos y aplicaciones es esencial para el funcionamiento de Internet y las tecnologías que utilizamos a diario».
  • Repetición de la misma idea en varias partes del mismo texto.
  • Tendencia a simplificar la información en listados de bullets (viñetas). Esta simplificación conlleva la pérdida de información clave, porque sistemáticamente pasa por alto detalles importantes.
  • Abuso de esta forma de expresión: «no sólo… sino que…». Por ejemplo: «La oficina no solo se volvió más segura, sino que también aumentó la moral y la productividad del equipo, demostrando que un entorno seguro es beneficioso para todos».
  • Uso De Mayúsculas En Cada Palabra: lo hace en los títulos y en los bullets. Además, pone siempre mayúsculas después de los dos puntos.
  • Expresiones exclusivamente en masculino: «los estudiantes», «los desarrolladores», «los profesores».
  • Traducción directa del inglés, por eso, abusa de la voz pasiva: «ChatGPT es utilizado principalmente por los profesores que necesitan generar un contenido de forma rápida».
  • Cambio de persona. Está hablando de tú y de pronto habla de usted. O habla en tercera persona y de pronto en segunda persona, dirigiéndose al interlocutor. Lo mejor es cuando habla en primera persona: «Gracias por acompañarme en este viaje. Espero que lo aprendido aquí te sirva como una sólida base para tu desarrollo». Si no lees el contenido, le estás enviando ese mensaje al destinatario. Piénsalo.
  • Siempre añade una conclusión debajo de un contenido. Por lo que, si no se edita, acabamos con una información llena de conclusiones y de introducciones sobre lo crucial y fundamental, y poca chicha en el centro del bocadillo generado.
  • La parte entusiasta es exagerada: «¡Bienvenidos! ¿Alguna vez te has preguntado cómo podrías marcar una diferencia real en la organización a través de tu trabajo en un departamento financiero?… Tu conocimiento es poder. ¡Estudia con entusiasmo y conviértete en el experto que todos necesitan!»

Cómo mejorar los prompts

Esto avanza muy rápido, así que te remito a unas fuentes que me han parecido bastante potables:

Las 11 mejores indicaciones de ChatGPT para obtener mejores resultados, según una investigación.

Cómo editar un texto de ChatGPT para «humanizarlo»

Ya has visto que ChatGPT tiene unas tendencias, por tanto, lo primero es detectar si queda algo de ellas (que seguramente sí) tras haber mejorado tus prompts. Así, es aconsejable:

  • Valorar si se puede omitir o sustituir los «crucial» y «fundamental», normalmente, sí. Por ejemplo: «El uso de Excel es fundamental para editar hojas de cálculo en las que hacer operaciones y funciones». Puede convertirse en «Excel sirve para editar hojas de cálculo en las que hacer operaciones y funciones» o incluso «Excel sirve para hacer operaciones y funciones».
  • Evitar contextos de lugares comunes: «En el actual mundo de…», «En el contexto actual de…», sobre todo si se repiten.
  • Si no se te ocurren ideas, pide a ChatGPT que reformule las partes del texto que son repeticiones. De otra forma, obtendrás un contenido bastante pobre.
  • Para evitar listados como este que estás leyendo, pide a ChatGPT que escriba lo mismo pero en texto corrido. Esto te da mucho más juego, añade la información que faltaba y te ayuda a detectar fallos o incoherencias.
  • Busca y sustituye la expresión «no sólo… sino que…». De vez en cuando, está bien, pero como decía, ChatGPT abusa de ella y resulta cargante. Ten piedad del lector final de lo que entregues, especialmente si es alumnado que tiene obligación de hacer un curso.
  • Para evitar el Uso De Mayúsculas En Cada Palabra, puedes pedir a ChatGPT que reescriba lo mismo pero poniendo en mayúscula sólo la primera letra de la primera palabra.
  • Para asegurar un texto con género neutro, indica a ChatGPT cómo se llaman los actores de tu contenido. Por ejemplo: «utiliza ‘personas desarrolladoras’ para los desarrolladores, ‘actores y actrices’ para los actores, ‘docentes’ para los profesores…».
  • La voz pasiva nos tiene abducidos. Es como esa cosa que se pegaba a la espalda de las personas en Amos de títeres, la novela precursora de La invasión de los ultracuerpos. Esto es herencia del inglés «fue desarrollado por», «es utilizada por», «es presentado como». Pues mejor: «lo desarrolló X», «la utilizan Y», «se presenta como Z».
  • Revisa qué persona está usando ChatGPT en su respuesta, o pide una persona concreta: «Dirígete al alumnado de tú/de usted», «Escríbelo de manera formal, con expresiones tipo ‘se puede’, ‘a continuación, se muestra'».
  • Valora si las conclusiones de ChatGPT te sirven de algo. A veces, pueden incluso servir de introducción al tema. Pero la mayoría de las veces las descartaría: tienden a repetir lo mismo, es decir, son redundantes, y se recrean en «lo crucial y fundamental». Mejor borrarlas o pedir que te las reformule, si ves que no te da tiempo o no te apetece.
  • Reduce el entusiasmo. Es muy cargante, repetitivo y molesto. El público al que se dirige tu mensaje no se merece esto. Normalmente, borro la parte entusiasta que aportan los «autores» de estos ultratextos. Si hay que animar al personal, se puede hacer de otra manera.

Cosas en las que ChatGPT 4o te gana

Con esta entrada en el blog puedes pensar que entonces es mejor no usar ChatGPT. Muy al contrario. Esta herramienta te da cien vueltas en muchos aspectos, por lo que ¡claro que conviene usarla! Yo lo tengo de compañero de trabajo. Pero no es un compañero autónomo: necesita supervisión. Por ejemplo, puedes usarlo para esto:

  1. Leer varios documentos y extraer conclusiones e ideas principales.
  2. Esquematizar documentos muy prolijos.
  3. Generar estructuras muy organizadas de algo que quieres tratar y no logras sistematizar.
  4. Plantear distintos puntos de vista para una idea. Por ejemplo, tú puedes tener el convencimiento de que el temperamento es genético y se mantiene la teoría de los humores de Hipócrates y quizá necesites argumentos críticos con esto y acceso a nuevas investigaciones: ChatGPT te dará rápidamente esta información.
  5. Generar ideas para actividades, partes prácticas de un contenido teórico, la teoría detrás de un contenido práctico.
  6. Hacer preguntas de test con su opción de respuesta y su feedback correspondiente. Ojo, con indicaciones: los primeros resultados pueden darte preguntas peregrinas, de esas que molestan especialmente al alumnado.
  7. … (miles).

Como ves, no basta con copi-pegar lo que te ofrece esta herramienta tan potente. Las personas siguen siendo necesarias. Si no hacemos esto, si ofrecemos la baja calidad de la primera respuesta que nos da ChatGPT, estamos lanzando un mensaje a quien nos paga por nuestra actividad: «Ya veo que tú no eres una persona necesaria aquí». Es algo que me gusta de Articulate Global: ellos tienen muy claro que la IA es como una socia en el trabajo de un diseñador instruccional, que apoya en el trabajo y ayuda a reducir la rutina. Pero no sustituye a la persona, a menos que te conformes con bajar la calidad y dejar de entregar valor. ¿Qué vas a hacer entonces?

…y luego está la realidad

He citado varias veces el libro Cómo hacer grandes cosas, del experto en megaproyectos Bent Flyvbjerg. Y este hombre lo sabe bien: está la planificación de un proyecto en papel y está la ejecución, lo que ocurre realmente una vez arranca la realización de los trabajos.

Quizá hay que aceptar de una vez por todas que nos dirige nuestra parte impulsiva, que toma decisiones por corazonadas, lo que Julie Dirksen llama «el elefante». Esta diseñadora instruccional de renombre explica que nuestra parte racional es mucho más pequeña, como el jinete que va sobre el elefante. Por tanto, es aconsejable «hablar al elefante», es decir, dirigir nuestro discurso (en este caso, el contenido de un curso) a esa parte impulsiva.

O, como ya comentábamos, están los dos tipos de pensamiento que establecieron Danny Kahneman y Amos Tversky, al observar que, una vez se menciona una cifra al azar, tendemos a quedarnos alrededor de ella en nuestras estimaciones. Tenemos un «pensamiento tipo 1», impulsivo, intuitivo, irracional, y un «pensamiento tipo 2», racional, sosegado y que sabe planificar de forma activa a base de iteraciones. ¿Adivinas cuál se suele imponer?

Imagen de Sasin Tipchai en Pixabay.

Hace muchos años, compartí una carta a un cliente del blog personal de Trina Rimmer, diseñadora instruccional experimentada y ahora parte de Articulate Global. En ella, la experta explica cómo los proyectos urgentes dan lugar a resultados precipitados. Esto se aplica a cualquier proyecto.

Como Trina Rimmer indica en su carta, los clientes suelen transmitir un mensaje de este tipo:

Toma mi PowerPoint y conviértelo en elearning con la magia de las herramientas rápidas de autor.

Petición de un cliente.

Si bien el cliente desconocedor puede creer que obtendrá resultados en un par de semanas, un estudio de Chapman Alliance establece que generalmente toma 49 horas desarrollar 1 hora de curso online básico de hacer clic y leer. 

El cliente suele creer que el diseñador instruccional es una especie de informático raro que da a una tecla y mágicamente convierte una aburrida presentación en una actividad interactiva y motivadora para el alumnado.

«Curiosamente», la experta comenta que, para hacer un buen trabajo, necesita hacer un montón de preguntas y concretar qué es lo que se necesita, a qué público va dirigido, cuáles son los objetivos de aprendizaje, de qué tipo de curso se trata (obligatorio, voluntario, oficial…). Digo «curiosamente» porque es exactamente lo que ha hecho Frank Gehry durante toda su vida antes de emprender un proyecto arquitectónico: hacer muchas preguntas e indagar el «porqué» de ese proyecto.

La realidad es que, 15 años después de estar en el sector del e-learning, observo que el cliente (en España) desconoce cómo funciona la formación online tanto o más que antes. La pandemia contribuyó a la confusión: se pensó que el e-learning era grabarse vídeos y subirlos a las redes. Pero esos vídeos no tenían un diseño pedagógico ni una manera de comprobar el aprendizaje (o quizá sí, un aburrido test en alguna plataforma).

Ahora, el sector está integrando a toda velocidad la inteligencia artificial: no podía ser de otra forma. Las herramientas que utilizamos habitualmente, como Adobe Photoshop, Canva o Articulate, ya incluyen utilidades de IA que hacen que diseñar sea mucho más rápido. Pero sigue haciendo falta una persona especializada, que tenga la IA como socia en su trabajo.

Aceptando lo que es: la realidad

Otro experto que suelo traer al apartado Aprendizaje es Tom Kuhlmann. Este profesional es el que, una y otra vez, pone los pies en el suelo al resto, en sus artículos y en sus formaciones. Él dice, sencillamente:

El cliente tiene la razón.

Tom Kuhlmann.

Y frente a esta frase implacable, el otro punto de vista. Hace poco vi a alguien con una camiseta que daba un mensaje como:

El único fracaso es no haberlo intentado.

Mensaje en una camiseta.

Probablemente, sería de Nike: «Just do it». Pero el experto que citaba antes, Bent Flyvbjerg, explica cómo muchas veces el único fracaso es, justamente, haberlo intentado sin la planificación adecuada. Muchos proyectos podrían no haber tenido lugar y no habría habido despidos, divorcios, ruinas económicas o pérdidas de reputación. El dato es «escalofriante», el 95 % de los proyectos tienen pérdidas e insatisfacción del cliente. Pero también el dato es «la realidad»: los proyectos funcionan así.

Sea como sea, el ser humano sigue adelante. Y al siguiente proyecto de las mismas características, vuelve a planificar quedándose corto, para ajustarse a un presupuesto más bajo de lo necesario o a un plazo más corto de lo que se requiere. O sencillamente, porque se pasan por alto los tiempos que requiere cada fase del proyecto. Y la vida avanza, se producen progresos, a veces de la forma más peregrina. La imperfección va de nuestra mano y hemos llegado hasta aquí: algo habremos hecho bien.


¿Cuál es tu caso? ¿Te identificas con la parte más racional o con la impulsiva? ¿Cómo sueles tomar decisiones? No dudes en compartir tus ideas en comentarios. Gracias por leer.

A quién seguir en e-learning

Ahora que me encuentro reciclando mis conocimientos y renovando mis contactos, quiero hacer un compendio no exhaustivo sobre a qué diseñadores instruccionales(*) seguir, grandes profesionales del aprendizaje electrónico que llegan más allá. Es sólo un breve listado; hay muchos más profesionales que me dejo fuera.

(*) Un diseñador instruccional es una persona experta en pedagogía y en convertir información en formación (que no son lo mismo), en un formato interactivo y motivador para el alumnado, utilizando herramientas de autor.

Diseñadora instruccional. Imagen de F1 Digitals en Pixabay

Tom Kuhlmann

Tom Kuhlmann trabaja para Articulate, empresa creadora de las herramienta líderes del mercado en el sector e-learning. Hace más de diez años, comencé a participar en E-Learning Heroes, la comunidad de Articulate. Enseguida conocí a Tom y empecé a leer los artículos de este experto, así que le pedí permiso personalmente para traducir algunos de ellos. Tuve la suerte de poder hacerlo. Referencio algunos de los que traduje:

Este gran especialista, con más de 20 años de experiencia y una capacidad didáctica sorprendente, tiene muchísimos más artículos que son de ayuda a cualquier profesional del e-learning. Si trabajas en formación y desarrollo, te animo a seguirle.

Tuve la suerte de conocer a Tom en persona en el Articulate Day de 2019 organizado por Actua Solutions, algo por lo que estoy muy agradecida.

David Anderson

En el mismo evento, conocí a David Anderson, con quien también había estado en contacto en el mundo digital por varios años. David propone cada semana un «e-learning challenge«, un desafío de formación online, para que los diseñadores instruccionales podamos entrenar nuestros conocimientos en las potentes herramientas de Articulate, siempre aplicando los pilares del diseño instruccional, logrando interactividades mucho más motivadoras para el alumnado y que realmente produzcan un aprendizaje. Pero la actividad de David va más allá: mucha de la formación que ofrece Articulate de forma gratuita a sus usuarios la imparte este gran profesional con muchos años de experiencia.

Connie Malamed

Esta experta en diseño instruccional tiene una página web llena de recursos gratuitos, The eLearning Coach. Su boletín mensual con consejos para profesionales del sector es totalmente práctico y ameno de leer. Además, Connie ofrece al inicio a los nuevos suscriptores varios artículos para comenzar a situarse, divididos entre aquellos que son neófitos en el e-learning y aquellos que tienen una amplia experiencia. Según sus propias palabras:

Mi objetivo con el boletín informativo The eLearning Coach es ofrecerte la mejor información y recursos que pueda sobre diseño de aprendizaje. Pero hay más de 350 artículos en el sitio, por lo que algunas de las enseñanzas de interés quedan enterradas. Así que pensé en enviar algunos emails adicionales para ayudarte a encontrar artículos y recursos que puedan servirte, además del boletín.

Connie Malamed

¿Qué mejor que recibir esta newsletter cada mes y estar al tanto de lo que se mueve? Connie tiene varios podcast sobre el tema estrella, la inteligencia artificial, que puedes encontrar de interés.

Cathy Moore

Otro peso pesado por sus aportaciones novedosas al diseño instruccional es Cathy Moore. Desde que leí su Manifiesto de la formación y el desarrollo comencé a seguir su trabajo. Cathy Moore hace un trabajo previo con la clientela para comprender qué es lo que necesitan, porque, como muchos diseñadores instruccionales experimentados sabemos, la mayoría de las veces NO es un curso lo que hace falta.

Recuerdo una vez que me encargaron una formación presencial sobre comunicación eficaz. El aire se cortaba desde el primer momento en que entré en la sala. Los participantes me hacían preguntas como para probar mis conocimientos, pero al cabo me di cuenta de lo que ocurría: un grave problema de comunicación interna que no se podía resolver con un curso, sino cambiando los fundamentos de la forma de comunicar desde arriba. Algo que las empresas que tienen este tipo de problema no hacen, porque ni siquiera son conscientes de su carencia.

Por tanto, conviene revisar qué es y qué no es lo que hacemos en la formación online (y presencial). Aquí tienes una traducción del Manifiesto, que publiqué con permiso de Cathy. En él encontrarás otro buen listado de profesionales y libros a los que recurrir.

Mike Taylor

A primeros de año os presenté a Mike Taylor, pero ahora merece la pena hablar un poco más de este especialista en e-learning que no duda en probar todas las herramientas y aplicaciones que ofrece la tecnología. El boletín semanal de Mike, Friday Finds, es muy rico en recursos de todo tipo, pruebas de distintas aplicaciones, artículos sobre la formación y el desarrollo, relación entre el marketing y el e-learning, eventos en los que participa el propio Mike… Sentirás su cercanía si te suscribes a su newsletter. Mike también está muy concienciado del gran cambio que supone la IA en nuestro trabajo, por lo que seguirle te hará estar muy al día.

Bruce Graham

No puedo dejar de mencionar a Bruce Graham, un gran profesional en e-learning y locución del Reino Unido que me ayudó en mis primeros pasos como freelance, hace muchos años. Bruce era un participante activo de la comunidad de Articulate que mencionaba antes, E-learning Heroes, y siempre echaba una mano en lo que fuera necesario. Siento mucha gratitud hacia él, puesto que siempre estuvo ahí para darme una respuesta.

Aun actualmente mantenemos el contacto, de vez en cuando nos decimos «hola» digitalmente.

Instituciones reconocidas

Learning Guild es una comunidad de práctica para quienes tienen relación o trabajan en el diseño, desarrollo, estrategia y gestión del aprendizaje organizacional. Según reza su página web: «Nuestro objetivo es crear un lugar donde los profesionales del aprendizaje puedan compartir sus conocimientos, experiencia e ideas para construir una mejor industria y mejores experiencias de aprendizaje para todos». Puedo dar fe de que es así, llevo siendo miembro de esta comunidad desde hace años.

ATD (Association for Talent Development, antes llamada ASTD) organiza conferencias para educar e inspirar a profesionales en el campo del desarrollo del talento. Lo lleva haciendo desde 1945. Los más grandes en formación y desarrollo han impartido conferencias en estos eventos.

El diseño instruccional en España

Fuera de España, el diseño instruccional se estudia y es algo necesario para dedicarse a la formación, sea presencial o sea online. Por tanto, no se suele distinguir que hablemos de «learning» o de «e-learning»: siempre se está hablando de aprendizaje. En España, sin embargo, el diseño instruccional se asocia únicamente a la formación online. Esto tiene dos problemas: por un lado, se minimiza la figura del profesional, al que se llama también «guionista» (una pena, por cierto, que ser «guionista» sea algo de poco nivel, cuando es uno de los trabajos intelectuales más creativos y difíciles, y que mayor valor aporta). Por otro lado, se asocia el conocer el uso de herramientas informáticas con ser informático, por lo que no se comprende la dimensión pedagógica clave en cualquier profesional del diseño instruccional.

Marta Torán

Hecha esta aclaración, quería hablar de Marta Torán, una especialista con muchísima experiencia, que se caracteriza por compartir información y conocimientos. Lo hace a través de Scoop It, un agregador de información que utiliza para compartir temas de aprendizaje.

Marta es una fiel defensora de la filosofía del «working out loud«, decir en qué se está trabajando y compartirlo en un entorno colaborativo, en lugar de recurrir a la ocultación y falta de transparencia, un modo de trabajar que también es el mío y el de Mike Taylor, que compartió en su último boletín un artículo sobre la efectividad de esta filosofía.

Conozco a Marta Torán porque fue mi responsable de e-learning en una de mis experiencias laborales. Y estoy agradecida de haber coincidido con ella, porque he conocido a una gran profesional de nuestro sector en España, alguien que realmente se interesa por el aprendizaje y con experiencia sobrada.


Espero que todas estas referencias sirvan a los profesionales de la formación, especialmente a los diseñadores instruccionales. Si estás comenzando, es un buen punto de partida, y, si ya tienes experiencia, puede que descubras planteamientos novedosos.

Esta entrada está dedicada a Carmen García, Marta López, Mariana Aladejo, Rubén Guzmán, Mariela Cherini, Roberto Galar, Carlos Lafuente, Gaspar Argüello y Eduardo Tejedor, que han contribuido a formar un gran departamento de contenidos y e-learning. ¡Gracias, maj@s!