Vivir la vida, sin más

Como continuación del post anterior, hago ahora unas reflexiones sobre la tele (y cualquier otro dispositivo en el que veas «contenidos» en formato vídeo:

Ver mucho la tele, incluidas las series y las películas, hace que acabes pensando que el género humano es más bello de lo que es.

Solo tienes que acudir a un lugar en el que se reúna mucha gente a la luz del día (concierto, playa, carreras) para darte cuenta de la realidad.

Un salón con tele

Los de la tele pasaron por un casting

Piénsalo: la gente que sale por la tele, aun los que hacen de feos, han superado un duro casting, se les ha «arreglado», pulido y maquillado y se les fotografía con la mejor luz posible o con la peor si quieren que parezcan muy malos. Únicamente los políticos no han seguido ese proceso de selección, sino otros, y quizá no sean tan vistosos como los personajes de ficción y los presentadores.

Los de la tele actúan: están en acción

Además, hay otro factor muy interesante: la gente de la tele (ya me estoy recordando a mí misma a Caroline, de Poltergeist) siempre está en acción. Puede que estén sentados en sillas, pero esa situación dura poco. La mayoría del tiempo, los que salen en programas, películas y series están en acción, algo que definitivamente NO sucede en tu día a día oficinesco.

Hay un tipo de escena muy habitual sobre todo en las series: varios personajes van discutiendo un tema complejo mientras andan por los pasillos. Lo he observado en El ministerio del tiempo, The Good Wife y House of Cards, por citar algunas. En la realidad, ese tipo de conversación suele mantenerse a puerta cerrada y en sillas, de una manera bastante estática que acaba siendo soporífera.

¿Acaso nos invitan desde las series a dinamizar nuestras habituales reuniones aburridas?

Quizá. Sería bastante curioso y raro mantener reuniones andando, sobre todo si son en las oficinas desconocidas de un cliente, cuyos pasillos de pronto terminan en un ángulo muerto detrás del cual no hay más que una triste máquina de café. ¿Qué hacer en ese momento? ¿Dar torpemente la vuelta? Digamos que en esa escena hay ahí como cuatro o cinco personas, en un pasillo de algo más de un metro de ancho, chocando con una máquina de café.

La contra-moda de vivir la vida sin más

Si de verdad te apuntas a la contra-moda de «hacer lo común» y «vivir la vida, sin más», entonces deja de ver la tele porque te va a parecer todo un rollo (fuera de ella).

En efecto, cuando prestas atención a lo que sucede en tu día a día y observas con detalle a las personas que pueblan el mundo, el glamour desaparece: la mayoría del tiempo vas a estar en una escena plomífera en la que una persona (tú) está sentada ante un ordenador (él o ella) durante muuuuchas horas. Tras esta escena, aparece una escena de una persona (tú) sentada en su coche (él o ella) o bien en un transporte público durante muuuuchos minutos. Y por último, aparece una escena de una persona (tú) acompañada o no por otras personas (ellos o ellas) sentada en un sillón viendo en una pantalla a otras personas moverse, caminar por largos pasillos, siendo en todo momento muy bellas y conservando el maquillaje intacto (incluso cuando se despiertan por la mañana).

No quería desincentivar tu intento de seguir este arduo camino. Creo que al dejar ir «lo extraordinario» y las «experiencias» puede que de pronto puedas tomar conciencia de las personas más cercanas, cómo son, cómo te quieren, cuál es su calidez, dónde están, qué hacen… Incluso si lo que hacen es estar sentadas en el sillón viendo la tele.


Me gustaría conocer tu opinión. ¿Sueles ver mucho la tele? ¿Qué reflexiones te surgieron mientras leías este post?

Como siempre, te agradezco mucho que te tomes el tiempo tanto para leer el artículo como para compartir tus pensamientos en comentarios.

6 respuestas a “Vivir la vida, sin más

  1. LobaSolitaria

    Yo no veo apenas la televisión, de hecho no se enciende hasta la hora de cenar. Y cuando la encendemos es para ver alguna serie, alguna película o algún documental.
    Mi marido la suele encender para tener ruido de fondo y yo no lo soporto, prefiero el silencio.
    Sobre la reflexión que haces en este post, la veo muy acertada. Nuestra vida (como sociedad occidental) se centra en ver cómo viven otros (de forma ficticia o no) y no en dedicarnos a vivir nosotros. Es muy triste. Pero cada vez conozco a más gente sin televisión o con un consumo muy limitado de la misma. Me da esperanza.

    • belencasado

      Es muy interesante lo que dices, el matiz de ver cómo viven otros en lugar de vivir nosotros…
      Y también el hecho de que mucha gente necesita tener ese ruido de fondo. Yo también prefiero el silencio, me siento identificada con lo que dices.
      ¡Muchas gracias por comentar!

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