Sin precedentes

El lanzamiento de ChatGPT-4 y de MidJourney v5 dan un salto en la inteligencia artificial sin precedentes. ChatGPT-4 ahora es multimodal. Significa que puede interpretar textos e imágenes. Se ha hecho viral la imagen en la que se ha dibujado con un boli el aspecto de una página web, porque ChatGPT ha creado esa página con código en cuestión de segundos:

El avance es tan loco, que escribir de una semana a otra no acaba de recoger la velocidad exponencial y sin precedentes que lleva esto. Lo último, que Microsoft incorpore en Office 365 ChatGPT-4, tiene unas implicaciones económicas y laborales que le dan la vuelta a todo. En este post cuento mi experiencia al generar contenidos con esta herramienta. También hablo de la versión 5 de MidJourne, la herramienta de inteligencia artificial que hace fotos de una calidad y sofisticación que barren la fotografía tal como la conocemos hasta ahora.

Generación de contenidos

Este título que suena tan abstracto, generación de contenidos, da de comer a muchísimas personas en muchos sectores. Hasta «hace cinco minutos», nuestras redes sociales e internet en general estaban plagados de contenidos generados por redactores de todo tipo. En mi sector, la formación online, el principal trabajo es crear contenido, curar contenido, presentar el contenido de forma pedagógica. Pues todo esto lo hace ChatGPT-4.

Hice la prueba. Había una unidad didáctica de un profesor que estaba de baja, por lo que no podíamos ampliar la información. Le pasé este material a ChatGPT y le pedí un diseño instruccional, es decir, un guion con las instrucciones para crear un curso a partir de una presentación bastante escueta. Lo primero que me pasó fue una estructura completa con todos los puntos necesarios: título del curso, duración, introducción, objetivos pedagógicos, varias secciones, incluida una de práctica, y un apartado de conclusiones. Después le fui pidiendo el desarrollo de cada uno de los puntos. Uno a uno, fue desarrollando cada apartado, yo iba «tomando notas», es decir, copiando lo que me pasaba y pegándolo en un documento. Este único trabajo de copiar y pegar desaparece con la incorporación de ChatGPT a Office: directamente se va a generar el contenido en el formato que queramos, haciendo el proceso todavía más corto, casi instantáneo.

En el apartado de la práctica, me sorprendió porque me presentó el lenguaje de programación para resolver el ejercicio de esta manera:

Imagen con código proporcionada por ChatGPT-4.

Luego recordé que esta herramienta es capaz de generar códigos de páginas web y similares, domina muchos lenguajes de programación e incluso te los puede enseñar como si fueses un niño de 11 años. Es decir:

En resumen: en unos minutos y con distintas preguntas, logré tener un contenido preparado para la formación online. Un contenido perfectamente expresado, sin erratas, con orientación pedagógica. Algo que a cualquiera de mi equipo le habría llevado al menos 2 horas. Y es que este cacharro sabe perfectamente lo que tengo que tener en cuenta para maquetar mi contenido en una de las herramientas de autor habituales, Articulate Rise, y cómo hacer que el alumnado desde casa no se sienta abandonado, sino integrado en un sistema de aprendizaje. Digamos que lo que he aprendido en años y ya puedo destilar en pequeñas píldoras es lo que esta IA me cuenta en cuestión de segundos (y lo aplica a los contenidos que genera, claro):

Hacer fotos sin cámara

La otra gran revolución es la generación de imágenes por inteligencia artificial. En este blog estoy compartiendo imágenes inquietantes generadas por DALL.E-2 y por Lexica Aperture. Pero MidJourney va un paso más allá y genera fotografías de excelente calidad y realismo a partir de textos realmente cortos. Quiero compartir aquí algunos ejemplos que publicó Nick St. Pierre en Twitter recientemente. En este hilo, Nick St. Pierre va comparando el resultado de solicitar una imagen a la versión 4 de MidJourney con respecto a la nueva versión 5. La versión 4 ofrece fotos perfectas, pero con cierto toque inquietante en algunas miradas, mientras que la versión 5 crea fotos perfectas y con un toque de realismo y «sensibilidad» asombroso. Tomemos esta imagen de un mercado:

Imagen de un mercado generada por MidJoruney5, con la sola instrucción: «foto de estilo callejero de un concurrido mercado de la ciudad de Nueva York llena de gente parada junto al mostrador de delicatessen –ar 16:9».

En la imagen que vemos arriba, nada existe. No hay fotógrafo, esas personas no existen, su ropa tampoco, los productos que se ofrecen no están ahí. Es todo generado por una inteligencia artificial.

En esta otra imagen, compara la generación de una mujer en la versión 4 frente a la generación de la versión 5:

Parte del hilo de Nick St. Pierre, donde la petición a la IA es: «foto de estilo callejero de una mujer joven, chaqueta gucci roja, camisa gucci azul, plano general, iluminación natural, soho, filmada en Agfa Vista 200, 4k –ar 16:9».

Simplemente, estoy sin palabras. Estoy totalmente de acuerdo con David Mattin, que en su newsletter 116 comenta que nadie sabe ahora mismo las implicaciones que va a tener todo esto. La adopción es loca, es explosiva, imparable. También comenta lo mismo que comentaba yo la semana pasada: agarrémonos a aquello que nos hace humanos, porque es lo único que nos va a quedar tras este tsunami.

Todo lo demás, cualquier dominio de procedimiento técnico o experiencia, casi todo lo que ahora definimos como «trabajo», está siendo devorado por máquinas. (…) Eso es todo lo que quedará al final de este largo camino que estamos recorriendo con inteligencia artificial: los unos para los otros.

David Mattin

Los límites de la IA… si los tiene

La semana pasada os hablaba de chatGPT para la creación de contenidos. Se ha pasado de verlo como una herramienta para pasar el rato a una herramienta que ahorra tiempo en distintos procesos y trabajos, dependiendo del entrenamiento que tenga esa inteligencia. Como simple usuaria, compruebo que los resultados son suficientemente buenos para apoyar el trabajo de redactores y revisores, con la alta posibilidad de sustituir a algunos de ellos en poco tiempo. La redacción de los textos es correcta ortográficamente y «neutra», algo que se pide mucho: sin ningún sesgo o tono especial. Por cierto, también se puede pedir que añada el tono o enfoque que queramos.

Empecé a preguntarme si la inteligencia artificial sería capaz de elaborar un texto literario de cierta calidad. Para comprobarlo, le pedí un poema al estilo de Francisco Brines, sin añadir mucho contexto. Este es el resultado:

Como se puede apreciar, es un poema bastante malo, muy alejado de la capacidad de este gran escritor. Eso sí, si se le pide a un alumno de Secundaria que escriba un poema y entrega este, se podría pensar que es bastante correcto, si bien hay alumnado de esta edad que ya despunta y escribe mejor. Un profesor puede darse cuenta de que un texto no se corresponde a la forma habitual de escritura de un alumno, pero quizá no tanto de que el texto lo ha generado un «no-humano».

En la misma línea, hice otra prueba muy breve, le pedí una descripción de un personaje famoso al estilo de Galdós. Este es el resultado:

Esta última explicación como excusándose es la que me resulta llamativa, no tanto la descripción. Puedo añadir que mi pregunta era desde el estado Adulto, pero su respuesta es desde el estado Niño: es la típica forma de excusarse de una persona. Un poco siniestro.

Por último, le pedí escribir un diálogo entre una persona introvertida y una extrovertida, este es el resultado:

De nuevo, es un contenido bastante plano, «neutro» y que dice poco, pero con un poco más de contexto, chatGPT podría crear un diálogo más complejo y que se podría reutilizar para un guion.

Imitando a Cervantes y Pérez Reverte

En el programa de Página 2 del 24 de enero, se habló de la inteligencia artificial como creadora de contenidos literarios, a raíz de la presentación de Incompletos, el nuevo libro de José Carlos Ruiz, que en sí mismo, parece altamente recomendable.

Y es que se hicieron varias pruebas alimentando a una IA con textos de Cervantes, creo recordar que con El Quijote. En otra experiencia, realizada por Chema Alonso (director digital de Telefónica), se alimentó a la inteligencia artificial con varias obras de Arturo Pérez-Reverte, y se le pidió elaborar un relato con su estilo. En ambos casos, parece ser que se obtuvo un texto que coincidía plenamente con el estilo del autor y que podía pasar por suyo.

Cuando se inventa cosas

De todo lo que he podido experimentar, lo que más me ha impactado es que la inteligencia artificial se haya inventado partes de la información, algo de lo que advertían varios artículos que compartí en el post anterior. Por ejemplo, le pregunté por unas siglas que aparecían en un contenido de Informática. Entonces, me «contestó» que eran acrónimos de dos empresas, con las palabras que los formaban. Cuando quise ampliar esta información buscando las páginas web, solo existía la primera empresa, la segunda se la había inventado. Es decir, había utilizado un acrónimo que era el nombre de un comité creado por la empresa real y había puesto las palabras «que le había parecido» para cada inicial. Esto me pareció siniestro.

Porque puede llegar un momento en el que las noticias que leamos «en Google» sean todas inventadas y sea imposible contrastarlas. Sé que a los niños en primaria les explican ya cómo distinguir una noticia real de una falsa. Sin embargo, cada vez es más difícil este ejercicio, personas formadas e informadas encuentran grandes dificultades en distinguir información de desinformación. Imaginemos ahora un futuro cercano en el que las inteligencias artificiales generan la mayoría del contenido al que podemos acceder por Internet, hasta el punto de que se convierten en la primera fuente de información. Me pregunto: ¿cómo vamos a poder contrastar sus invenciones?


Es difícil evitar la fascinación por la inteligencia artificial, porque produce rostros, voces y textos que son muy difíciles de distinguir de los producidos por un humano. Son bastante conocidos el anuncio de Cruzcampo con el rostro de Lola Flores sobre una actriz o los vídeos deep fake en TikTok de Tom Cruise, realizados sobre otro actor, tan convincentes que realmente parece que estamos viendo y oyendo al verdadero Tom. En un ámbito más modesto, he visto que se pueden generar voces a partir de un texto y suenan del todo «naturales», «orgánicas», un poco como la voz de Google Maps, cada vez más «humana». ¿Dónde está el límite? ¿Hay límite?

Al día con la tecnología: IA

Llevamos años oyendo hablar de la inteligencia artificial, pero este año comienza con una explosión de su uso. En particular, chatGPT genera textos de manera autónoma, respondiendo a las preguntas del usuario, generando contenido y ayudando en la elaboración de textos de todo tipo.

Al principio se comentaba que esta herramienta era muy limitada y que su nivel de profundización en la escritura era el de un alumno de secundaria. Sin embargo, eso fue «ayer». Hoy, chatGPT está entrenado porque miles de usuarios le están dando constante información.

Para estar al día con la tecnología, he hecho mis pruebas y las he aplicado a la generación de contenidos para formación online. Sinceramente, su capacidad es muy sorprendente: el contenido se elabora con corrección (sin erratas), expresiones correctas y en el formato que se quiera: resumen por puntos, elaboración de un guion de vídeo, tablas, preguntas de test… Veamos un ejemplo:

Sí, esta información la podemos encontrar en distintos artículos y está escrita de forma muy generalista. Sin embargo es correcta y 100% original.

Vamos con otra prueba. Una de las dificultades principales en los cursos online es generar preguntas de test que sean relevantes. Como ya hemos visto en este blog, lo habitual es que se escriban enunciados incompletos y que se reconozca claramente la opción correcta por ser más larga y detallada que el resto. Suelen completarse las opciones con «Todas las anteriores», «Ninguna de las anteriores» cuando al autor no se le ocurre nada mejor. Pues bien, esto es lo que me da chatGPT sin darle ningún contexto previo:

En este caso, la respuesta correcta es clara, por ser la más completa. La opciones no son homogéneas. Aun así, puedo afirmar, tras muchos años en el sector del e-learning, que esta pregunta está bastante bien planteada.

Voy a poner un ejemplo más. En ocasiones, en la formación online se reciclan contenidos anteriores que no se pueden editar o, al copiarlos para editarlos, pierden el formato. Para el primer caso, ya desde hace tiempo existen las tecnologías OCR, que permiten transcribir el texto de una imagen. Esto también lo sabe hacer chatGPT si la imagen está en Google Drive o en Dropbox. En mi caso, tenía un contenido que, al pasarlo a otro documento, se le quedaban todas las palabras juntas. ChatGPT me ayudó a resolver esto rápidamente:

Otros tipos de IA

La generación de textos es en lo que me he centrado hasta ahora, sin embargo, la inteligencia artificial también produce imágenes y voces cada vez más realistas, incluso vídeos de personas contando algo, en los que la persona no existe y lo que cuenta es un texto que se ha podido generar con inteligencia artificial.

Imagen generada con DALL.E: «Una persona hablando con un robot en una escena realista en 3D».

¿Cómo reaccionamos ante esto?

La reacción de las personas ante el uso de la inteligencia artificial (IA) para crear contenido puede variar ampliamente. Algunas personas pueden verlo como una herramienta valiosa que puede ayudar a aumentar la eficiencia y la calidad del contenido, mientras que otras pueden tener preocupaciones sobre la posibilidad de que la IA reemplace a los trabajadores o genere contenido que carece de originalidad o sentido común.

En general, el uso de la IA para crear contenido ha sido muy útil en tareas específicas como:

  • La generación de texto.
  • La traducción automática.
  • La creación de imágenes.
  • La generación de música.

Sin embargo, como decía, muchas personas temen que el uso de la IA para crear contenido pueda conducir a la pérdida de empleos y a la homogeneización del contenido debido a la falta de creatividad y originalidad.

Algunos temen que el uso de la IA para crear contenido pueda conducir a la difusión de noticias falsas, contenido engañoso o contenido generado automáticamente que no tiene en cuenta la perspectiva humana, ética o moral.

En general, es importante considerar tanto los beneficios como los riesgos potenciales del uso de la IA para crear contenido y trabajar para garantizar que se utilice de manera responsable y ética.

Referencias

Para comprender la inteligencia artificial y cómo se puede utilizar, revisé varios artículos, aquí pongo una muestra de ellos:

Learning Design 3.0. En este artículo se habla del impacto de la IA en el diseño de experiencias de aprendizaje, y se apunta a distintos programas de IA que permiten realizar distintas tareas.

6 Ways AI Can Support Your Content Creation. Este artículo se centra más en las formas en las que se puede generar contenido (no específicamente formativo) con el apoyo de herramientas de IA.

Usos de chatGPT: una lista de comandos para mejorar tu vida. Este artículo muestra bastantes opciones a la hora de utilizar chatGPT. Digamos que sirve para todo.


La inteligencia artificial ha venido para quedarse, supone una revolución en el mundo digital y específicamente en la formación online y es un carro al que pienso que hay que subirse. Es un reto superar en creatividad y precisión a una herramienta tan potente. Quizá sea mejor idea hacer aquello que los robots no van a poder hacer nunca, algo de lo que ya hemos hablado hace poco.

Por cierto, hay partes de este artículo generadas con inteligencia artificial. ¿Podrías distinguirlas?

¿Qué te parece todo esto? ¿Has hecho pruebas con chatGPT u otra inteligencia artificial? Me encantaría leer tus comentarios y que compartas este artículo con quien quieras. Gracias por leer.