¿Qué podrán averiguar de nosotr@s los humanos del futuro, cuando no tengan acceso a ninguna de las tecnologías intangibles, porque serán inservibles?
Hace muchos años que trabajo con «información» etérea como este blog que lees ahora.
Y eso que en mi primer trabajo, aún no había ordenadores en todos los escritorios, y había personas reacias a que les pusieran uno. Los que teníamos ordenador lo usábamos como sustituto de una máquina de escribir, es decir, aún no había email, ni internet.
Cuando trabajé en estudios de mercado, la respuesta verbal de una persona (el entrevistado) se convertía en un dato, grabado en «una cinta» (en realidad era un disquete, pero que se llamase «cinta» nos revela un origen aún más remoto). Esos datos se tabulaban (se disponían en tablas) y esas tablas se imprimían. Cada proyecto podía arrojar 200, 300, 500 páginas de tablas de datos. Lo tangible eran esos tochos de papel. Si te habías equivocado, había que volver a imprimir esas 200, 300 o 500 páginas. Los técnicos trasladaban la información fundamental de esas tablas a bonitas presentaciones de PowerPoint. De lo que dijeran a los clientes sobre sus conclusiones, tan solo quedaría el archivo de la presentación.
Dando clase, lo intangible en sí era la clase, la impartición. Es un fenómeno cuyas evidencias son los apuntes, los libros, los exámenes, las diapositivas… Pero el hecho en sí es inasible, aunque puede contemplarse. Es un fenómeno similar al teatro, cada representación de la obra es única, solo se produce una vez, no puede atraparse.
Y así con el resto de mi trayectoria laboral, en lo que respecta a lo impalpable: los cursos de formación online pueden evidenciarse, están ahí, pero solo si tienes acceso y la tecnología que los desbloquea. Muchos de ellos quedaron inservibles cuando se desactivó Adobe Flash, con el que se hacían auténticas maravillas. Y otros muchos no pueden actualizarse porque no se tienen los archivos fuente.
Mucho trabajo que se hizo en el pasado con software que ya no existe se ha perdido para siempre, tanto archivos de texto como de imagen. Y está ahí, en un disquete, o en un CD, cuando no en un rollo de película, totalmente inservible y obsoleto.
Dentro de 500 años
Si, desde una cultura dentro de 500 años, nos estudian, ¿qué trazas pueden llegarles de lo intangible? ¿Cómo rescatarán, si es que pueden, un «producto» totalmente vago, abstracto, casi irreal, si la tecnología asociada a él ya no existe? ¿Acaso podrán averiguar nuestros avances con la IA? Tal vez el registro tangible del hoy tecnológico sean los servidores. Me los imagino con hierba por abajo y hiedra pegada a su alrededor, dejándolos casi ocultos.

También me pregunto si estamos sacando las conclusiones correctas de culturas pasadas, cuando se han podido perder muchos libros, si los había, o inscripciones, y lo oral no se ha reflejado en ninguna parte, tampoco las representaciones, ni quizá muchos de los trabajos.
Todo lo sutil se lo llevó el viento.
Si quieres algo muy tangible, tengo dos libros recién publicados y que recogen mucho de lo que vengo contando en este blog:
- Para las personas que estáis interesadas en temas de aprendizaje en el aula, pero también en comunicación, tenéis este libro: Habilidades de comunicación en el aula, que trata de temas como el lenguaje del cuerpo, las estrategias para hablar en público o cómo gestionar conflictos en un aula.
- Para quienes estáis interesados en el desarrollo personal, especialmente en cómo establecer objetivos y alcanzarlos, el funcionamiento de las emociones y el cerebro, o la excelencia en la conversación del coaching tenéis este libro: Herramientas de coaching.
Disfruta y gracias por leer.















