Lo sutil ¿se lo lleva el viento?

¿Qué podrán averiguar de nosotr@s los humanos del futuro, cuando no tengan acceso a ninguna de las tecnologías intangibles, porque serán inservibles?

Hace muchos años que trabajo con «información» etérea como este blog que lees ahora.

Y eso que en mi primer trabajo, aún no había ordenadores en todos los escritorios, y había personas reacias a que les pusieran uno. Los que teníamos ordenador lo usábamos como sustituto de una máquina de escribir, es decir, aún no había email, ni internet.

Cuando trabajé en estudios de mercado, la respuesta verbal de una persona (el entrevistado) se convertía en un dato, grabado en «una cinta» (en realidad era un disquete, pero que se llamase «cinta» nos revela un origen aún más remoto). Esos datos se tabulaban (se disponían en tablas) y esas tablas se imprimían. Cada proyecto podía arrojar 200, 300, 500 páginas de tablas de datos. Lo tangible eran esos tochos de papel. Si te habías equivocado, había que volver a imprimir esas 200, 300 o 500 páginas. Los técnicos trasladaban la información fundamental de esas tablas a bonitas presentaciones de PowerPoint. De lo que dijeran a los clientes sobre sus conclusiones, tan solo quedaría el archivo de la presentación.

Dando clase, lo intangible en sí era la clase, la impartición. Es un fenómeno cuyas evidencias son los apuntes, los libros, los exámenes, las diapositivas… Pero el hecho en sí es inasible, aunque puede contemplarse. Es un fenómeno similar al teatro, cada representación de la obra es única, solo se produce una vez, no puede atraparse.

Y así con el resto de mi trayectoria laboral, en lo que respecta a lo impalpable: los cursos de formación online pueden evidenciarse, están ahí, pero solo si tienes acceso y la tecnología que los desbloquea. Muchos de ellos quedaron inservibles cuando se desactivó Adobe Flash, con el que se hacían auténticas maravillas. Y otros muchos no pueden actualizarse porque no se tienen los archivos fuente.

Mucho trabajo que se hizo en el pasado con software que ya no existe se ha perdido para siempre, tanto archivos de texto como de imagen. Y está ahí, en un disquete, o en un CD, cuando no en un rollo de película, totalmente inservible y obsoleto.

Dentro de 500 años

Si, desde una cultura dentro de 500 años, nos estudian, ¿qué trazas pueden llegarles de lo intangible? ¿Cómo rescatarán, si es que pueden, un «producto» totalmente vago, abstracto, casi irreal, si la tecnología asociada a él ya no existe? ¿Acaso podrán averiguar nuestros avances con la IA? Tal vez el registro tangible del hoy tecnológico sean los servidores. Me los imagino con hierba por abajo y hiedra pegada a su alrededor, dejándolos casi ocultos.

Quién sabe si la posteridad nos encontrará como trogloditas. Imagen de Pixabay generada por IA.

También me pregunto si estamos sacando las conclusiones correctas de culturas pasadas, cuando se han podido perder muchos libros, si los había, o inscripciones, y lo oral no se ha reflejado en ninguna parte, tampoco las representaciones, ni quizá muchos de los trabajos.

Todo lo sutil se lo llevó el viento.

Si quieres algo muy tangible, tengo dos libros recién publicados y que recogen mucho de lo que vengo contando en este blog:

  • Para las personas que estáis interesadas en temas de aprendizaje en el aula, pero también en comunicación, tenéis este libro: Habilidades de comunicación en el aula, que trata de temas como el lenguaje del cuerpo, las estrategias para hablar en público o cómo gestionar conflictos en un aula.
  • Para quienes estáis interesados en el desarrollo personal, especialmente en cómo establecer objetivos y alcanzarlos, el funcionamiento de las emociones y el cerebro, o la excelencia en la conversación del coaching tenéis este libro: Herramientas de coaching.

Disfruta y gracias por leer.

¿Quién dijo que no se puede aprender nada nuevo después de los 50?

El uso continuado de distintas aplicaciones de IA me ha llevado a trabajar de otra manera, como si tuviera un compañero (ese becario entusiasta pero con poca memoria) con el que consultar el planteamiento de un contenido o de un recurso. ¿Quién dijo que no se puede aprender nada nuevo después de los 50?

Por cierto, ya todo tiene IA, no se trata solo de los modelos de lenguaje independientes, como ChatGPT o NotebookLM, sino que las herramientas de mi día a día, como Adobe, Articulate, Canva e incluso Office incorporan la IA por doquier, incluso «de más».

De mis lecturas sobre cómo enseñar, recuerdo muy bien una frase:

No enseñes de más (no des recursos en exceso para explicar el concepto).

Y a veces la IA está para mí «de más», cambiando tus textos sin que se lo hayas pedido, siempre servicial y optimista, simplificando y a veces distorsionando los mensajes. Así, personas como Jesús Alonso Gallo no utilizan la IA para crear sus textos, porque pierden muchísima autenticidad.

El uso de Canva para hacer vídeos incorporando las voces creadas por IA de Eleven Labs me ha descolocado: antes, la producción de vídeo era lo más caro de la formación online y lo que más tiempo llevaba. La locución profesional no era cara, pero había que solicitarla. Ahora, una máquina habla en perfecto castellano y con locución profesional, indistinguible en muchos momentos de la voz humana. Ahora puedo producir un vídeo de 1-2 minutos con acabado profesional en 1 hora.

Más rápido, más lento

Y sin embargo… Lo que estoy pensando en esta época en que cuesta actualizarse sobre el avance loco de la IA, a pesar de que sigo a Ethan Mollick y, sobre todo, a David Mattin, es que cada vez cobra más valor lo artesanal, no como un reducto anacrónico en un pequeño pueblo de la España vaciada, como sería el encaje de bolillos, la cestería, la marroquinería (que también me resultan muy interesantes)… No, como una reivindicación de lo humano, de la calidez, la autenticidad y, por qué no, del error humano. Observa que el boletín que envía David Mattin se llama New World Same Humans, es decir, Un nuevo mundo, los mismos humanos.

Cada vez valoro más lo que se ha cocinado a fuego lento, incluso literalmente (comidas hechas a fuego lento). A fuego lento, se ha podido reflexionar sobre un contenido, se ha podido digerir, ha dado tiempo a hacerse preguntas sobre él y a enfocarlo de otra manera, no quedándose en lo superficial. Sobre esto, tengo una anécdota interesante:

Tratando de crear un vídeo sobre la construcción de la Ópera de Sídney con Synthesia, una herramienta de IA para hacer vídeos, la herramienta determinó, para mi asombro, que mi texto infringía unas normas internas. Pero ¿qué ponía en mi guion que no pasó un filtro de normativa? Pues hablaba del fracaso de ese proyecto: la poca experiencia de su arquitecto cuando aceptó la construcción del edificio y la desafortunada intervención del político que quiso adelantar los plazos y reducir los costes. Esto, sin dar nombres.

Esta restricción y el retraso de mi creación del vídeo me llevó a reflexionar: ¿qué es lo que no se ha comido la IA? ¿Qué ha filtrado, la crítica al político, mencionar el fracaso del arquitecto, o ambos? Y esto me llevó a un lugar nuevo: la compasión por ese arquitecto y el planteamiento totalmente diferente del guion. En lugar de hablar del fracaso con el tono de «es que no podía pasar otra cosa, ¡qué desastre!», hablaría de la sensación de impotencia del arquitecto al ver que todo se le iba de las manos, con el tono de «nunca habría deseado que esto pasara».

Tal vez esta velocidad que adquiere la producción de todo contenido, asistido por IA, permite precisamente la reflexión profunda sobre lo que se está haciendo, para qué sirve y cuál es la mejor óptica para plantearlo. Eso siempre que se reflexione o se analice lo que arroja la herramienta de turno. De otra manera, vamos ciegos a lo que estamos comunicando y difundiendo.

Entonces, después de los 50 puedes aprender que, gracias a la velocidad de las herramientas y los sistemas, puedes ir más lento, al ritmo que corresponde a «peinar canas», respirando entre una barrida y otra, como Beppo, el barrendero de Momo.

Después de los 50 es cuando he vuelto a publicar en papel, dos libros que he cocinado a fuego medio (ni muy lento, ni muy rápido) sobre temas de interés para quienes seguís este blog: Herramientas de coaching y Habilidades de comunicación en el aula.

Lo disruptivo

Me parece que este 2025 lo disruptivo va a ser lo presencial. Aquí estoy de acuerdo con Jesús Alonso Gallo, cuya newsletter leo religiosamente cada día.

Ya apunté algo en un post anterior: en la era de la IA y las posibilidades infinitas y flipantes, parece que la gente está cada vez más harta del online, y necesita ver a personas, ir a eventos con personas, participar en actividades presenciales.

La pandemia obligó a la reclusión y el «consumo de contenidos» en casa. Una vez liberados del corto pero limitante encierro, queremos ver gente. Hasta los introvertidos, que disfrutamos íntimamente de muchas horas con nosotros mismos, acabamos por tener ganas de participar en actividades con otras almas.

Ocurre algo curioso: tan difícil me es hoy explicar en pocas palabras a qué me dedico como lo era hace más de 10 años. El e-learning ha muerto en España antes de florecer, se ha convertido en un vehículo incómodo para enchufar contenidos de dudosa calidad a cientos de alumn@s. Mientras, la formación presencial, que quedó herida con esto del confinamiento, sigue muy viva, y a nadie tienes que explicar uno de los oficios más antiguos, que ya practicaba Sócrates.

Una mujer prefiere mantener la vista en una pantalla pequeña en lugar de fijarse en el atardecer. Imagen de Pexels en Pixabay.

Las alternativas al scroll

Hay muchas alternativas a hacer scrolling y a participar en un curso online o complementarlo:

  • Ir a eventos. Una persona con un cargo de vicepresidente senior en una multinacional del sector tecnológico, que es además mi hermano, me dijo que hay 3 claves para el éxito: diversidad de experiencias, resultados y relaciones. Las experiencias de consiguen trabajando en distintos tipos de proyectos y sectores. Los resultados se consiguen cuando se cumplen fechas y se alcanzan o superan las expectativas del cliente. Y el networking, hacer contactos, sigue siendo más efectivo en persona, porque es más fácil recordar a aquellos con los que se ha interactuado.
  • Hablar con personas. Ya sea en eventos o ya sea tomando café, ve a los sitios donde están las personas. Hay charlas muy interesantes que solo se producen en persona. Puedes verlo como una entrevista que haces a esa persona para aprender de ella, o como si asistieras a un programa de televisión o a un pódcast como público. Habla con la persona por el placer de hacerlo, de aprender un punto de vista distinto, por conocer una forma de vivir y actuar distinta a la tuya.
  • Leer un manual. Ten en cuenta que un curso online suele ser un resumen o esquematización de un contenido más grande. El ejercicio que más ayuda a comprender una materia, que es esta esquematización, este sacar de lo más grande el grano para desechar la paja, ya viene hecho en el curso. Lee el o los libros recomendados y aprenderás mucho más.
  • Leer ficción. Esta actividad parece una pérdida de tiempo, sin embargo, enriquece desde muchos puntos de vista. Por mi parte, resistiendo la tentación del «consumo» mediante scrolling infinito, he retomado al siempre fiable Galdós: don Benito te mete en la historia aunque hayas dejado una de sus novelas en la página 73, por decir. Leer aporta vocabulario, amplía la imaginación, permite vivir otras vidas, otros mundos…
  • Salir a la calle, sin más. Se trata de desconectar de la vista corta y el silloning y pisar la calle para pasear, comprobar en tus carnes el tiempo que hace, recibir la luz del día sin cristales que se interpongan, ver qué zapatillas lleva ahora la gente en el metro, o qué bolsos se llevan, acercarse a un pequeño comercio, a un bar del barrio, contemplar los árboles…

Y si no hay más remedio que hacer scroll…

Hay una iniciativa muy interesante en el mundo del e-learning, de mano del gran Mike Taylor, del que ya te he hablado más veces. Este experto aplica elementos de marketing a la formación online, con el fin de evitar que sea tan sumamente aburrida (mucha gente cree que la formación online consiste en 1) la transcripción de un libro, o 2) dar la chapa en un vídeo o por videollamada). El marketing ya tiene estudiado qué engancha, qué atrae y qué satisface a los consumidores. ¿Por qué no aplicar lo mismo en la formación, y enganchar, atraer y satisfacer al alumnado? ¿O es que hay que seguir con el «la letra con sangre entra»?

En conclusión, dentro de las pantallas hay contenido que te atonta, contenido entretenido (atonte o no), o que te enseña algo de forma motivadora, y contenido insoportable, que en ocasiones son cursos mal diseñados. Se puede aprovechar y disfrutar de contenido que te aporte algo, o que te entretenga de forma motivadora. Y fuera de las pantallas, hay todo un mundo, en el que puedes realmente conectar con la gente.


¿Cuál es tu caso? ¿Tiendes a hacer scroll infinito en las redes sociales? ¿Tratas de buscar contenido que te alimente en algún sentido? ¿Te has hartado de los móviles y has vuelto a lo analógico, los libros de papel y los cursos en persona? Ya sabes: puedes compartir con quien quieras este post. ¡Muchas gracias por leer!

El perro fiel

ChatGPT se ha comparado muchas veces como un becario muy diligente, pero con el que debes tener paciencia, pues carece de memoria. Incluso dentro de una misma conversación en la que le pediste que utilizase ciertos términos, vuelve a usar los que quiere: «olvida» tus palabras.

Yo he empezado a verlo como un perro fiel: está deseando complacer, pero, muchas veces, no entiende los factores humanos que perfilan tu petición (prompt), de manera que ofrece todo tipo de respuestas que no son adecuadas.

Me lo he pasado realmente bien tratando de que ChatGPT reproduzca una imagen cuya importancia está en las posturas físicas de los personajes. Es esta ilustración de El lenguaje del cuerpo, de Allan Pease:

Conversación entre tres hombres que revelan su actitud con su lenguaje no verbal. Fuente: PEASE, A. El lenguaje del cuerpo, 1981.

Pues bien: no hay manera humana de que DALL-E, a partir de ChatGPT 4o, reproduzca las posturas de estos tres hombres. O la hay, pero he tirado la toalla antes de encontrarla.

El más fácil de sacar ha sido el hombre de la derecha: es muy habitual que los modelos posen cruzando manos y piernas. Eso sí, el gesto de hostilidad y cabeza baja no lo he podido reproducir.

Cualquiera de los tres puede servir para ser el hombre de la derecha, sin embargo, hay como una mancha flotante en medio que no se sabe lo que es y, claro, estos tres charlan animadamente, nada que ver.

El hombre del centro ha costado algo más: fallaba el que no conseguía que tuviera las manos detrás de la cabeza, el gesto clave para determinar que se siente superior a los otros dos, junto con ese acomodarse hacia atrás en la silla con gesto sonriente. Finalmente, tras varios prompts, he logrado esto:

El señor del centro se ha podido reproducir.

Acabamos por el tío de la izquierda, que trata de controlar la situación sin éxito, al tener la silla volteada y las piernas abiertas, pero los pies juntos por debajo, y sus manos entrelazadas. Ha sido imposible que ChatGPT me ofrezca una imagen de un hombre con los dos pies en el suelo, y ni pensar en que la silla salga al revés, hasta que no le he ofrecido una foto de stock parecida y, aun así, no logro la misma postura, por más que se la describa con detalle. Así que pongo aquí «la conversación» con la que me he reído un rato al comprobar lo «candoroso» que es nuestro becario fiel:

Como puede verse, este hombre no tiene la silla al revés ni la postura del original. Así que yo insisto. Y obtengo lo siguiente:

Le digo a mi becario que está muy bien, pero que ambos pies deben estar en el suelo, a lo que me responde con esto:

Atención a cómo continúa nuestra conversación y cómo, infructuosamente, obtengo señores con la pierna cruzada:

A esta altura, tiré la toalla: ChatGPT no entiende qué es tener los dos pies en el suelo, la silla al revés, o posturas dominantes o sumisas. Al fin y al cabo, no es una persona. Se podría entrenar a un modelo de lenguaje como este a distinguir posturas humanas, esas que cualquiera de nosotros (y un mamífero superior también) reconoce de un solo vistazo. Habría que valorar esta inversión de tiempo en función de las necesidades por las que entrenaríamos al modelo.

La IA es como un socio, no te sustituye

Si la IA comete errores garrafales como ofrecer la imagen de un señor con la pierna cruzada y afirmar con seguridad que los dos pies están en el suelo, piensa que esto puede ocurrir en cualquier otra área de conocimiento. Esto es a lo que nos referimos los usuarios de LLM (estos modelos de lenguaje) cuando decimos que es como hablar a un becario muy diligente, pero sin memoria. Es más, no solo no tiene memoria, sino que «no sabe lo que dice», pero espera «gustar» (y la mayoría de las veces, lo logra).

Cuando trabajas a diario con la IA, como es mi caso, pronto descubres dos cosas: es muy eficiente para algunas tareas y muy ineficiente para otras y siempre requiere de supervisión humana. Ya hemos revisado en este blog qué características tienen los textos que se obtienen con IA y cómo funciona Notebook. Desde mi punto de vista, un modelo de lenguaje como ChatGPT o Notebook puede resultar muy útil para extraer información básica de varias páginas web o de varios documentos, para crear tablas con información, para proponer ideas de forma incansable o para aplicar una explicación teórica a un ejemplo práctico.

Ethan Mollick, el profesor de la Universidad de Wharton que se ha hecho experto en estos lenguajes a base de investigar y utilizarlos concienzudamente (y al que ya hemos citado en otros post), explica 15 formas de utilizar la IA y 5 formas en que no es útil. Entre las formas que son útiles, se encuentran:

  • Trabajos que requieren cantidad, como el número de ideas que puede llegar a generar.
  • Trabajos en los que eres la persona experta y, por tanto, puedes valorar el grado de acierto del LLM.
  • Resúmenes y esquemas de grandes cantidades de información genérica: no esperes precisión.
  • Aplicación de una perspectiva a otra, como dar ejemplos de algo en distintos sectores o aplicar un modelo (una rúbrica de evaluación, por ejemplo) a otra temática.

Entre las formas que no son tan útiles, se encuentran:

  • La necesidad de aprender algo: no pidas la visión global sobre un tema a un modelo de lenguaje, porque no sabrás si la información es veraz. Incluye tratar de saber sobre temas complejos, o bien, tratar de acortar los pasos que llevan a una comprensión fundamental.
  • Cosas en las que la IA no es buena: redactar preguntas de test, encontrar figuras literarias en un texto, distinguir una afirmación falsa de una aparentemente verdadera, etc.

Articulate, mi proveedor principal de herramientas de autor para e-learning y mi cliente, exige en sus condiciones de uso que se señale si existen elementos creados por IA (textos, imágenes, preguntas de test, resúmenes) en los cursos que se crean. Se considera un engaño presentar contenidos creados por IA como hechos por seres humanos. Es algo parecido a plagiar, desde el punto de vista de lo genuino del producto.

Sin embargo, me consta que en diversas organizaciones se hacen pasar contenidos e imágenes generados por IA como hechos por personas. Me pregunto si tales contenidos gozarán de éxito. Personas como Jesús Alonso Gallo o Andrés Pérez Ortega mencionan en sus newsletter no utilizar IA, o bien, haber llegado al desencanto en su uso, porque lo que genera tiene una pinta estupenda, pero, una vez leído, suena hueco, le falta alma.

Recuerda que estos sistemas tienen vocación de perro fiel, buscan gustarte y generar respuestas a las que vas a dar «me gusta», que vas a usar y que te van a hacer volver al sistema a por más.


¿Utilizas IA en tu día a día? ¿Cuál es tu experiencia? Puedes contarme más en comentarios. Muchas gracias por leer y por compartir.

NotebookLM: mi nuevo colega

He incorporado a otro colega a mi equipo de trabajo virtual. Tiene un nombre feúcho, NotebookLM, pero es una pasada. A raíz de un tuit de Ethan Mollick, profesor de la universidad de Wharton y experto en experimentar con la IA, probé a subir alguno de mis manuales para generar contenido nuevo a partir de contenido existente. Increíble, pero cierto: este nuevo currante «se lee» mis manuales en segundos y, sin haber solicitado nada aún, presenta un resumen general, una serie de posibilidades de creación (preguntas frecuentes, guía de estudio, índice…) y preguntas sugeridas, que pueden servir para promocionar el manual, para plantear estas preguntas a un alumnado y todas las aplicaciones que quieras.

Incluye una funcionalidad que, de momento, sólo está disponible en inglés: una conversación en profundidad entre dos presentadores que comentan tu libro. He escuchado el pódcast de Ethan Mollick y es «escalofriante» porque suena realmente «orgánico», «natural», cualidades que describirían la conversación entre dos personas reales.

Leer y escribir

Ya sea ChatGPT, ya sea NotebookLM o cualquier otra herramienta de IA que utilices, te toca escribir para obtener respuestas. Leer y escribir son ahora más que nunca la base del trabajo, de la acción. Las herramientas de IA se utilizan escribiendo y luego leyendo y reescribiendo el resultado.

En realidad, en cualquier profesión que hagas en una oficina, puede que no tengas que hacer operaciones matemáticas, puede que no tengas que hablar inglés, puede que no hagas nada científico, pero lo más probable es que tengas que leer y escribir.

Sin embargo, Lengua ha parecido a unos y a otros una asignatura menor, un mal que había que sufrir mientras se descubrían las cosas importantes de la ciencia. No es mi caso, como muchos sabéis. Sea como sea, las habilidades en comunicación escrita han cobrado importancia en el mundo digital, más importancia de la que pudiera esperarse, porque todo parece más bien visual y auditivo (elementos multimedia, recursos interactivos, vídeos, pódcast…). Pero es que todo lo visual y auditivo tiene un texto en su base.

Y como comentábamos en este post sobre los ultratextos y este otro que amplía esa información, también necesitamos las habilidades de comunicación escrita para adaptar aquello que arrojan los modelos de lenguaje natural como ChatGPT: aún requieren de retoques para que los textos tengan más calidad, sean menos abstractos y tengan el tono adecuado. Algunas veces, lo que arroja el LLM es perfecto, pero la mayoría de las ocasiones, es necesario reescribirlo.

Si quieres ver un vídeo sobre el uso de esta herramienta, aquí tienes un buen ejemplo:


¿Utilizas herramientas de inteligencia artificial en tu trabajo? ¿Conocías NotebookLM? ¿Te gusta leer y escribir? Como siempre, muchas gracias por leer y por compartir.

Los ultratextos atacan de nuevo

En un post anterior os contaba que los ultratextos generados con inteligencia artificial generativa están inundando el mundo de la comunicación escrita.

En él, vimos bastantes de las características que tienen estos textos y qué pasa cuando no se editan (muy habitual y extendido). Pues bien, los ultratextos atacan de nuevo, hay muchas otras características que harán que descubras con bastante facilidad cuándo un texto se ha generado con IA. Vamos a ello.

Imagen de https://www.pexels.com/@tara-winstead/.

Más características de un texto de ChatGPT

  • Darle vueltas al tema: a veces, titula una sección como «Definición de X», pero luego no da la definición, sino que le da vueltas al tema, con textos como: «En el contexto de la comunicación humana, la asertividad es crucial para asegurar que…», «En el mundo de los lenguajes basados en inteligencia artificial (IA), es crucial estar al día de las tecnologías más avanzadas…».
  • Hipérbaton: frases desordenadas, siempre de la misma forma, un ejemplo: «La inteligencia artificial (IA) y el machine learning (ML) ofrecen un amplio rango de aplicaciones prácticas en el ámbito financiero que están transformando la manera en que los economistas y otros profesionales del sector trabajan«. Quizá se deba a la traducción automática del inglés, pero, en una frase como esta, el verbo «trabajan» debería aparecer antes, por ejemplo: «la manera en que trabajan los economistas…» (nada que añadir sobre el lenguaje neutro de género que ChatGPT no aplica).
  • Faltan artículos: solemos poner un artículo en una enumeración y obviar los siguientes. Nuestro amigo GPT lo ha aprendido y escribe frases como: «Mejoran la claridad y [la] escalabilidad del código. Otro ejemplo: «Un enlace o archivo que contenga el módulo o [la] unidad didáctica en línea diseñado, incluyendo todos los recursos y materiales creados». Del «incluyendo» marcado hablamos después.
  • Preguntas de test mal formuladas: por ejemplo, si se pregunta: «¿Cuál es uno de los beneficios de utilizar patrones de diseño en el desarrollo de aplicaciones?», ChatGPT puede proponer opciones de respuesta claramente falsas, porque no son beneficios en ningún caso, por ejemplo: «A) Aumentan la complejidad del código», «C) Reducen la usabilidad del código».
  • Perífrasis: vimos en este blog que los humanos tendemos a alejarnos de la acción de muchas formas, una de ellas es concatenar verbos, es decir, utilizar perífrasis. Nuestro amigo ChatGPT lo ha aprendido bien y utiliza perífrasis con frecuencia, incluso de 4 verbos: «estamos expuestos a vernos afectados».
  • Gerundios mal utilizados: muchas personas escriben textos con frases que empiezan así: «Siendo…». Mal. ChatGPT no llega a tanto, pero sus «razonamientos» incluyen frases que, tras una coma, tienen ese gerundio. Por ejemplo: «El PMP certifica la competencia y habilidad de un individuo para dirigir y gestionar equipos de proyecto, asegurando la entrega de resultados dentro del alcance, tiempo, y presupuestos acordados». Ahí, sería más correcto «lo que asegura».
  • Métricas: esta palabra la encuentro tantas veces que merece un punto completo. Es una traducción literal del inglés metrics, que significa estadísticas, pero poco a poco ha ido sustituyendo a la otra y tomando el relevo. Métricas suena más modernillo, pero en castellano significa «perteneciente o relativo al metro (de medir o del verso)«.

ChatGPT no tiene la culpa

No: es la persona que hay detrás. Tras observar con perplejidad cómo esta potente herramienta escribe con fluidez sobre cualquier tema, estructurando siempre la información en secciones y viñetas o bullets, sonando siempre cabal, coherente y políticamente correcto, cabe pensar que lo que responde es perfecto. Pero no lo es, y menos en castellano: requiere lectura, revisión y mejora siempre.

Sin embargo, es mucho más importante el fondo que la forma. No olvidemos que los datos con los que se entrenan estos modelos de lenguaje proceden de Internet. Hay mucho saber que no está digitalizado, por ejemplo, en libros «antiguos» o no accesibles a través de Internet. En otras palabras, puede parecer que ChatGPT «sabe lo que dice», pero te recomiendo contrastar la información con fuentes fidedignas, analógicas incluso.

Para sacar el mejor juguillo a estas herramientas, conviene saber escribir un buen prompt y luego trabajar el resultado de este. Vuelvo a compartir este vídeo que, en poco tiempo, explica mucho:


Ahora tú: ¿utilizas ChatGPT? ¿Qué te parecen los contenidos que genera? ¿Qué cambios haces en ellos? Me encantará saberlo y generar una conversación por aquí. Como siempre, muchas gracias por leer y por compartir.

Del revés, del derecho

Hoy os hablo de Del revés 2, la última producción de Pixar. Si quieres una información sobre emociones muy trabajada y bien documentada, accede a esta entrada sobre qué son las emociones y cómo influyen en el logro de metas. Pero si te apetece divertirte y no te importa sacrificar un poco de exactitud por un mucho de diversión, en Del revés 2 verás reflejadas las emociones de otra manera.

Al margen de esto, lo que me motiva a mencionar esta película es el estudio que hay detrás: Pixar. La gestión de proyectos de esta empresa es ejemplar. Tanto, que Bent Flyvbjerg la menciona en Cómo hacer grandes cosas como ejemplo continuo de cómo se gestiona un proyecto con éxito.

¿Qué tienen de especial los proyectos de Pixar?

Pixar comenzó siendo un estudio pequeño que quería hacer películas de animación en 3D. Son los que realizaron la primera película de animación por ordenador del mundo, Toy Story. Su forma de trabajar permite ver a qué se debe su éxito. Antes de arrancar cualquier proyecto, se permite a los directores que dediquen meses a dar con una buena idea para una película.

Después, siguen estos pasos:

  1. Crear un esquema de unas doce páginas que desarrolla el argumento de la idea principal. Esta descripción de lo que ocurre, cuándo y dónde se pasa a distintos perfiles para que la lean. El director creará una nueva versión a partir de estos comentarios.
  2. Escribir un borrador del guion, de ciento veinte páginas. Este guion también se pasa a directores, guionistas, ilustradores y ejecutivos y también es revisado.
  3. A partir del guion contrastado, se crea un storyboard detallado (un dibujo cada 2 segundos de película) que se pasa a vídeo. Se añade locución no profesional y algunos efectos de sonido. De nuevo, distintos perfiles visualizarán el vídeo y darán sus comentarios. Por otro lado, un equipo más experimentado dará también su feedback. Todo este análisis permite seleccionar aquello que funciona y, sobre todo, desechar lo que no, mucho antes de producir de verdad la película. El coste es bastante menor, aunque el tiempo dedicado a estas primeras fases parezca demasiado.
  4. Se crea una segunda versión del vídeo basado en el storyboard y se vuelve a mostrar.
  5. El proceso se itera hasta ocho veces. Los cambios en las dos primeras veces son sustanciales, y después van disminuyendo. Así, el resultado final es un producto altamente probado, mejorado y validado.

Con este proceso se han creado películas como Ratatouille, Del revés (Inside Out), WALL·E, o Monstruos, S.A., entre otras muchas.

Un momento… ¿iterar 8 veces?

Sí. En cambio, la forma de trabajar en la que todo tiene un plazo demasiado cercano y en la que sistemáticamente se dejan de lado las fases de planificación y estructuración, tiene una clara desventaja: en la fase de ejecución se descubre tooooodo aquello que no se tuvo en cuenta, que es muchísimo, incluido en bastantes ocasiones el público destinatario del producto.

Lo barato es caro.

Quizá repetir el mismo proceso 8 veces parezca prohibitivo, pero cuando no se hace, los proyectos acaban resultando cargantes a quien los crea, al cliente y al destinatario final. Y, sobre todo, acaban siendo más caros, mucho más, de lo que habrían sido de respetar las primeras fases. Ocurre que el exceso de coste se lo suele comer quien crea el proyecto, no el cliente, por lo que se sacrifica el posible margen que supuestamente iba a dar el proyecto con una ejecución «rapidísima».


Volvamos a Pixar. Del revés 2 te puede gustar más o menos, te puede parecer, como a mí, que no alcanza el nivel de la primera parte. Pero es indudable que puedes percibir todo el trabajo que hay detrás, cómo se ha cuidado cada detalle, cómo se han documentado, trabajando después esos personajes nuevos que representen las nuevas emociones de la niña.

Sólo con quedarse a ver los títulos de crédito, se puede constatar la cantidad de profesionales que han contribuido al producto final.

La invasión de los ultratextos

Poco a poco y de forma discreta se va inundando el mundo cibernético de textos escritos con ChatGPT. Es como la invasión de los ultracuerpos: parecen humanos, pero no lo son. Sí, los textos son coherentes, al contrario de lo que pasa con algunos personajes en algunas series. Sin embargo, son tan traicioneros como las traducciones que no se cuidan.

Todo va bien mientras se sepa «arreglar» lo que entrega ChatGPT. O se dedique tiempo a ello. Pero no: estoy observando que distintos redactores se conforman con el estilo entusiasta y al mismo tiempo extremadamente racional, repetitivo y robótico de la primera respuesta que da el modelo de lenguaje colosal (large language model o LLM).

Hay información de sobra en las redes de cómo ajustar los prompts (esas preguntas o solicitudes que se hacen al programa) para que dé mejores respuestas. Lo que pasa es que hay que molestarse en hacerlo. Es más: incluso después de haber entrenado a la IA para dar un tipo de respuestas, es necesario editarlas. Pero no se hace: así, es MUY fácil detectar si un texto lo ha escrito ChatGPT, incluso si estás utilizando la versión 4o de pago.

Imagen generada con ChatGPT 4o (DALL.E). Según el mismo ChatGPT: «Aquí tienes una representación abstracta y futurista de cómo me imagino como ChatGPT. Es una figura humanoide luminosa, con circuitos brillantes y una atmósfera digital y estrellada, simbolizando vasto conocimiento y posibilidades infinitas. La imagen transmite inteligencia, empatía y sabiduría».

Características de un texto de ChatGPT que no se ha editado

Los textos entusiastas y racionales de ChatGPT tienen algunas características «que cantan Carusso»:

  • Frases con «es crucial», «es fundamental» en las que esta expresión sobra. Para ChatGPT todo es crucial y fundamental. Por ejemplo: «Al adentrarnos en el mundo de Microsoft Azure, es esencial comprender la estructura sobre la que se construyen y operan sus vastos servicios en la nube».
  • Contexto con expresiones de lugares comunes: «En el mundo digital actual, la comunicación entre dispositivos y aplicaciones es esencial para el funcionamiento de Internet y las tecnologías que utilizamos a diario».
  • Repetición de la misma idea en varias partes del mismo texto.
  • Tendencia a simplificar la información en listados de bullets (viñetas). Esta simplificación conlleva la pérdida de información clave, porque sistemáticamente pasa por alto detalles importantes.
  • Abuso de esta forma de expresión: «no sólo… sino que…». Por ejemplo: «La oficina no solo se volvió más segura, sino que también aumentó la moral y la productividad del equipo, demostrando que un entorno seguro es beneficioso para todos».
  • Uso De Mayúsculas En Cada Palabra: lo hace en los títulos y en los bullets. Además, pone siempre mayúsculas después de los dos puntos.
  • Expresiones exclusivamente en masculino: «los estudiantes», «los desarrolladores», «los profesores».
  • Traducción directa del inglés, por eso, abusa de la voz pasiva: «ChatGPT es utilizado principalmente por los profesores que necesitan generar un contenido de forma rápida».
  • Cambio de persona. Está hablando de tú y de pronto habla de usted. O habla en tercera persona y de pronto en segunda persona, dirigiéndose al interlocutor. Lo mejor es cuando habla en primera persona: «Gracias por acompañarme en este viaje. Espero que lo aprendido aquí te sirva como una sólida base para tu desarrollo». Si no lees el contenido, le estás enviando ese mensaje al destinatario. Piénsalo.
  • Siempre añade una conclusión debajo de un contenido. Por lo que, si no se edita, acabamos con una información llena de conclusiones y de introducciones sobre lo crucial y fundamental, y poca chicha en el centro del bocadillo generado.
  • La parte entusiasta es exagerada: «¡Bienvenidos! ¿Alguna vez te has preguntado cómo podrías marcar una diferencia real en la organización a través de tu trabajo en un departamento financiero?… Tu conocimiento es poder. ¡Estudia con entusiasmo y conviértete en el experto que todos necesitan!»

Cómo mejorar los prompts

Esto avanza muy rápido, así que te remito a unas fuentes que me han parecido bastante potables:

Las 11 mejores indicaciones de ChatGPT para obtener mejores resultados, según una investigación.

Cómo editar un texto de ChatGPT para «humanizarlo»

Ya has visto que ChatGPT tiene unas tendencias, por tanto, lo primero es detectar si queda algo de ellas (que seguramente sí) tras haber mejorado tus prompts. Así, es aconsejable:

  • Valorar si se puede omitir o sustituir los «crucial» y «fundamental», normalmente, sí. Por ejemplo: «El uso de Excel es fundamental para editar hojas de cálculo en las que hacer operaciones y funciones». Puede convertirse en «Excel sirve para editar hojas de cálculo en las que hacer operaciones y funciones» o incluso «Excel sirve para hacer operaciones y funciones».
  • Evitar contextos de lugares comunes: «En el actual mundo de…», «En el contexto actual de…», sobre todo si se repiten.
  • Si no se te ocurren ideas, pide a ChatGPT que reformule las partes del texto que son repeticiones. De otra forma, obtendrás un contenido bastante pobre.
  • Para evitar listados como este que estás leyendo, pide a ChatGPT que escriba lo mismo pero en texto corrido. Esto te da mucho más juego, añade la información que faltaba y te ayuda a detectar fallos o incoherencias.
  • Busca y sustituye la expresión «no sólo… sino que…». De vez en cuando, está bien, pero como decía, ChatGPT abusa de ella y resulta cargante. Ten piedad del lector final de lo que entregues, especialmente si es alumnado que tiene obligación de hacer un curso.
  • Para evitar el Uso De Mayúsculas En Cada Palabra, puedes pedir a ChatGPT que reescriba lo mismo pero poniendo en mayúscula sólo la primera letra de la primera palabra.
  • Para asegurar un texto con género neutro, indica a ChatGPT cómo se llaman los actores de tu contenido. Por ejemplo: «utiliza ‘personas desarrolladoras’ para los desarrolladores, ‘actores y actrices’ para los actores, ‘docentes’ para los profesores…».
  • La voz pasiva nos tiene abducidos. Es como esa cosa que se pegaba a la espalda de las personas en Amos de títeres, la novela precursora de La invasión de los ultracuerpos. Esto es herencia del inglés «fue desarrollado por», «es utilizada por», «es presentado como». Pues mejor: «lo desarrolló X», «la utilizan Y», «se presenta como Z».
  • Revisa qué persona está usando ChatGPT en su respuesta, o pide una persona concreta: «Dirígete al alumnado de tú/de usted», «Escríbelo de manera formal, con expresiones tipo ‘se puede’, ‘a continuación, se muestra'».
  • Valora si las conclusiones de ChatGPT te sirven de algo. A veces, pueden incluso servir de introducción al tema. Pero la mayoría de las veces las descartaría: tienden a repetir lo mismo, es decir, son redundantes, y se recrean en «lo crucial y fundamental». Mejor borrarlas o pedir que te las reformule, si ves que no te da tiempo o no te apetece.
  • Reduce el entusiasmo. Es muy cargante, repetitivo y molesto. El público al que se dirige tu mensaje no se merece esto. Normalmente, borro la parte entusiasta que aportan los «autores» de estos ultratextos. Si hay que animar al personal, se puede hacer de otra manera.

Cosas en las que ChatGPT 4o te gana

Con esta entrada en el blog puedes pensar que entonces es mejor no usar ChatGPT. Muy al contrario. Esta herramienta te da cien vueltas en muchos aspectos, por lo que ¡claro que conviene usarla! Yo lo tengo de compañero de trabajo. Pero no es un compañero autónomo: necesita supervisión. Por ejemplo, puedes usarlo para esto:

  1. Leer varios documentos y extraer conclusiones e ideas principales.
  2. Esquematizar documentos muy prolijos.
  3. Generar estructuras muy organizadas de algo que quieres tratar y no logras sistematizar.
  4. Plantear distintos puntos de vista para una idea. Por ejemplo, tú puedes tener el convencimiento de que el temperamento es genético y se mantiene la teoría de los humores de Hipócrates y quizá necesites argumentos críticos con esto y acceso a nuevas investigaciones: ChatGPT te dará rápidamente esta información.
  5. Generar ideas para actividades, partes prácticas de un contenido teórico, la teoría detrás de un contenido práctico.
  6. Hacer preguntas de test con su opción de respuesta y su feedback correspondiente. Ojo, con indicaciones: los primeros resultados pueden darte preguntas peregrinas, de esas que molestan especialmente al alumnado.
  7. … (miles).

Como ves, no basta con copi-pegar lo que te ofrece esta herramienta tan potente. Las personas siguen siendo necesarias. Si no hacemos esto, si ofrecemos la baja calidad de la primera respuesta que nos da ChatGPT, estamos lanzando un mensaje a quien nos paga por nuestra actividad: «Ya veo que tú no eres una persona necesaria aquí». Es algo que me gusta de Articulate Global: ellos tienen muy claro que la IA es como una socia en el trabajo de un diseñador instruccional, que apoya en el trabajo y ayuda a reducir la rutina. Pero no sustituye a la persona, a menos que te conformes con bajar la calidad y dejar de entregar valor. ¿Qué vas a hacer entonces?

Tal el tiempo, tal el tiento

Doña Leandra, manchega ella, lo tiene claro:

Tal el tiempo, tal el tiento.

Doña Leandra.

Esto le dijo a su marido don Bruno cuando el otro se planteaba renunciar a un cambio de bando porque los moderados le ofrecían todo aquello que había estado pidiendo a los progresistas.

Doña Leandra y don Bruno son personajes de Bodas reales, el Episodio Nacional número 30 de Galdós.

Imagen de JUAN PABLO GONZALES DELGADO en Pixabay. Este podría ser don Bruno arando sus campos.

¿Y qué significa este refrán?

Según nos cuentan en el Centro Virtual Cervantes, se refiere a la necesidad de adaptarse a los cambios, en la sociedad y en la vida. Pero, ojo, este refrán es muy antiguo, está en desuso; lo utilizó Cervantes en El Quijote y lo reprodujo su fiel admirador don Benito en la novela ambientada en el siglo XIX.

¿No es interesante comprobar que los cambios y la inestabilidad ya existían antes de los tiempos que vivimos? Y lo cierto es que el siglo XIX en España fue, como mínimo, turbulento. Así, doña Leandra también nos dice que

A quien se muda, Dios le ayuda.

Doña Leandra.

No lo dice en el sentido de cambiarse de ropa o de población, sino, de nuevo, en el de adaptarse a los cambios que se están viviendo.

Cómo aplicar el cambio en tu día a día

Cada segundo que se vive es distinto al anterior. Cada presente es nuevo, la vida se renueva constantemente. Pero nuestro cerebro está diseñado para automatizar procesos, crear e identificar categorías, de manera que tenemos la sensación de que cada día es el día de la marmota.

Por otro lado, observamos que el mundo a nuestro alrededor «se desmorona» y lo viejo conocido da lugar a novedades que vivimos con extrañeza, cuando no con desprecio o miedo. Doña Leandra nos dice que Dios ayuda a quien se muda. Y esto se puede hacer de varias formas:

  • Aprende algo nuevo: vivimos una época fascinante en cuanto a cambios tecnológicos. ¿No te interesa saber mejor qué es eso de la IA y cómo se usa? O bien, puede que, precisamente por estos cambios, ahora más que nunca quieras aprender un oficio artesano, como el de alfarero. O una técnica de ayuda, como la arteterapia. Lo bueno es que las oportunidades son más accesibles que nunca.
  • Reaprende algo en lo que te formaste hace muchos años. ¿Recuerdas la fecha de tus últimos estudios oficiales? Yo he tenido que pedir mi certificado de notas de la Licenciatura y me comentaron que, por la fecha en la que terminé, tenían que «elaborarlo a mano a partir de unos cartoncillos». Realmente, al repasar algunos de mis certificados, casi me parecen pergaminos.
  • Presta atención a tu respiración. Puedes reservar momentos en los que sólo hagas esto, como la práctica de mindfulness, o puedes observar cómo respiras (o contienes la respiración) mientras trabajas, en un momento de estrés o en uno de calma total. La respiración une la mente y el cuerpo y es un fenómeno que te trae al presente. El cambio ocurre en el presente. O más bien: el presente es permanente cambio.
  • Haz alguna actividad que te motive mucho. Ya sea caminar por el campo, ir al teatro o bailar zumba, si practicas las actividades que más te motivan te es más fácil apreciar los cambios en ellas: cambio en el follaje de los árboles, ver una obra de teatro que desconoces, aprender nuevos pasos de baile… Incluso si ves la misma obra, cada representación es única. Y cada ejecución de un baile.
  • Abraza el cambio. Di sí a todo como es. A veces, el cambio viene de fuera, por tanto, no lo hemos decidido y nos resistimos a asumirlo. Muchas veces es un fenómeno triste, negativo, o que nos enfada. Frente a la dureza de un destino, siempre está la opción adulta de decir sí a todo como es, sí a todos como son.

¿Cómo te adaptas a los cambios? ¿Produces cambios en tu vida que te permiten vivir experiencias más ricas? ¿Estás aprendiendo algo nuevo o reaprendiendo algo antiguo? Me gustaría conocer tu opinión: siéntete libre de dejar un comentario o escribirme. Y por supuesto, comparte con quien quieras esta publicación. Muchas gracias por leer.

Miedo a lo desconocido

Casi 3 000 líderes de la tecnología han firmado una petición para que se detengan los avances de la inteligencia artificial durante al menos 6 meses. Se busca desarrollar en paralelo un control de esta que permita que sea más precisa, segura, interpretable, transparente, robusta, alineada, confiable y leal. Les ha dado miedo la capacidad de estas herramientas de barrer miles de empleos, al igualar en capacidad a perfiles de medio y alto nivel de todo tipo. Además, en una de las notas de la petición, comparan las repercusiones que puede tener este avance con otras tecnologías con efectos potencialmente catastróficos para la sociedad: clonación humana, modificación del genoma humano, investigación de ganancia de función (alterar los genes para producir individuos mejores) y eugenesia.

…y debemos preguntarnos: ¿Deberíamos dejar que las máquinas inunden nuestros canales de información con propaganda y falsedad? ¿Deberíamos automatizar todos los trabajos, incluidos los satisfactorios? ¿Deberíamos desarrollar mentes no humanas que podrían a largo plazo superarnos en número, ser más inteligentes, hacernos obsoletos y reemplazarnos? ¿Deberíamos arriesgarnos a perder el control de nuestra civilización?

Petición para detener los avances de la IA.

Y es que realmente los nuevos avances de ChatGPT All y de MidJourney v5 barren un montón de tareas aparentemente complejas y que nos parecía que solo podían desarrollar perfiles especializados. Ethan Mollick, profesor de la universidad de Wharton, publicaba recientemente la capacidad de ChatGPT de crear una simulación de una negociación, calificarla y proporcionar comentarios según las respuestas (feedback). El propio Mollick advierte que no hay «prompts» (las preguntas en texto a las inteligencias artificiales) mágicos y que cada vez que volvemos a preguntar obtenemos resultados distintos. Recordemos también que muchas veces obtenemos información «inventada». De manera que hay que tener en cuenta:

1) Cualquier prompt que encaje en un tuit es, en el mejor de los casos, un punto de partida. 2) La aleatoriedad es parte de los LLM (modelos de aprendizaje del lenguaje), por lo que obtendrá respuestas diferentes cada vez. 3) Ningún prompt eliminará las alucinaciones. Experimente y verifique los hechos.

Los puestos en peligro

Según publicaba Xataka el 21 de marzo (2023) haciéndose eco de un estudio de OpenAI (los creadores de ChatGPT), «los trabajos mejor pagados y cualificados son los más afectados, así como los empleos relacionados con la programación y la redacción». Así, se mide el nivel de exposición de los trabajos, es decir, en qué grado puede ese trabajo ser sustituido por una inteligencia GPT. Con el 100% aparecen puestos como analista financiero, escritor, periodista, auditor, contable, diseñador de interfaces digitales y web…

También se recogen puestos no afectados por la inteligencia artificial, a los que me remitía hace unos pocos post cuando hablábamos de robots bailando flamenco:

Estos son trabajos manuales de la industria y la ganadería, también deportistas, camareros… Se han dejado fuera muchos trabajos: enfermería o auxiliares, personas que atienden a la tercera edad, o profesorado y educadores infantiles, entre otros.

Hay que tener en cuenta que este estudio de OpenAI tiene varias limitaciones que están muy bien recogidas en el propio estudio. Aun así, nos sirve de orientación para comprender el miedo de los líderes tecnológicos.

Intervención de los gobiernos

La petición firmada por los líderes tecnológicos también pide la intervención de los gobiernos para frenar el avance de la IA. Se pide la creación de autoridades reguladoras nuevas y capaces dedicadas a la IA. La idea es que exista una supervisión de lo que generan las inteligencias artificiales. Expertos como David Mattin ya han apuntado anteriormente a la necesidad de que otra IA supervise la generación de contenidos de la IA. En la petición, también se señala la necesidad de marcar de alguna manera el contenido generado para que siempre se distinga entre contenido creado por personas y por IA, procesos de auditoría e identificación de la responsabilidad por información falsa. Así solicitan la creación de

…instituciones bien dotadas para hacer frente a las dramáticas perturbaciones económicas y políticas (especialmente en la democracia) que provocará la IA.

Petición para detener los experimentos de IA.

Ya el gobierno de Italia ha bloqueado el acceso a ChatGPT por la violación de la ley de protección de datos y por difundir información falsa. Recordemos que esta herramienta no es un buscador como Google, es un generador de contenido nuevo, y ese contenido puede ser «inventado», no consecuente con la realidad. Además, ChatGPT no puede discernir si la persona que pregunta es menor de edad, en consecuencia, los menores estarían desprotegidos contra las respuestas de todo tipo que pueda generar.

El avance de la vida

Mi opinión es que no se puede parar esto. Me da la sensación de que no es comparable a las técnicas de clonación o de alteración del genoma, que atentan directamente contra lo que es humano. Pienso que, habiéndose extendido como la pólvora y estando el conocimiento en manos de miles de personas, los avances seguirán y se escaparán al control de las autoridades. Quizá el hecho de que estas inteligencias puedan barrer puestos especializados sea el origen de trabajos distintos que puedan realizar esas personas. Quizá provoque la revalorización de trabajos artesanos, hechos a mano, y, como comentaba hace unas semanas, una mejora de los trabajos basados en la ayuda.