Aquí tienes 10 reglas para crear elearning atractivo

Artículo traducido del original de Tom Kuhlmann.

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En la reciente conferencia de la ASTD, se me preguntó cómo crear elearning atractivo. Si has seguido el blog de Rapid E-Learning por un tiempo, ya sabrás que este tema se ha abordado antes. Decidí sacar diez ideas que son fundamentales para la creación de buenos cursos de e-learning.

Regla 1: no crees el curso

Probablemente, este no sea el consejo que tu cliente quiere escuchar. Pero seamos sinceros, hay algo de elearning que solo es una gran pérdida de tiempo. Si el curso no está vinculado a una mejora real de rendimiento, puede ser que no valga la pena hacerlo. Durante las reuniones iniciales del proyecto, trato de conseguir que el cliente relacione el curso con los objetivos de rendimiento reales. Si no puede, entonces sugiero que hacer un curso puede no ser la mejor opción.

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Además, muchos de los cursos que creamos son solo intercambio de información que ya está disponible en otros lugares, como la intranet de la organización o a través de ayudas de trabajo. ¿Por qué crear un curso de e-learning como refrito de información disponible en otros lugares? En todo caso, crea un curso que enseñe a la gente cómo encontrar los recursos ya disponibles para ellos.

Regla 2: el curso tiene que ser relevante para el alumno

La mayoría de los cursos aburridos son resultado de que el contenido no es relevante para el alumno. Incluso si diseñas una formación simple sobre normativa, hay una forma de que sea relevante. Habla con tus alumnos y averigua cómo utilizan de forma práctica la normativa. A continuación, pon el curso en un contexto que tenga sentido para el alumno.

Además, considera que no todos los alumnos son iguales, sino que vienen a los cursos con diferentes niveles de experiencia y conocimiento. Mediante la creación de un curso centrado en el alumno, puedes satisfacer sus diversas necesidades.

La clave de un curso interactivo no es el multimedia, los roll-over, o las interacciones de arrastrar y soltar. Lo es la forma en que el alumno va a interactuar con el contenido. Crea cursos donde el alumno no solo reciba pasivamente información. En su lugar, dales la oportunidad de reflexionar y utilizar la información para tomar decisiones y obtener feedback.

Regla 3: comprender sus objetivos

Si todo lo que estamos tratando de hacer es compartir información y completar un seguimiento antes del 31 de diciembre, crea un curso que sea apropiado para esos objetivos. La mejor opción podría ser la de ayudar a los alumnos a encontrar la información, completar el curso y volver al trabajo productivo.

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Por otro lado, si estás diseñando un curso en el que deseas cambiar el comportamiento, un repositorio de información no va a funcionar. En este caso, querrás un curso que desarrolle las habilidades que el alumno necesitará para cumplir con los objetivos de rendimiento.

Regla 4: deja abierta la navegación

En un reciente artículo sobre la facilidad de uso del iPad , Jakob Nielsen dijo lo siguiente:

El uso de la web ha dado a la gente una apreciación de la libertad y el control, y es poco probable que vuelvan de buena gana a una experiencia lineal.

En este sentido, a la gente le gusta la libertad de revisar y analizar la información en el curso de e-learning. Nada es más frustrante que la navegación cerrada, donde se quita el control a la persona que se supone que debe hacer el aprendizaje.

Aquí hay algunas cosas que fastidian a los alumnos:

  • A la gente le gusta explorar y experimentar. Esto les ayuda a construir un contexto. La navegación bloqueada no permite esto.
  • Podemos leer más rápido que la narración. No hagas que la gente espere a que el narrador termine si se les das la opción de leer.
  • La pantalla dura 5 minutos. En el 04:18, el alumno se pierde un punto clave. Debido a que la navegación está bloqueada, no puede retroceder unos pocos segundos. En su lugar, tiene que volver (si puede) y repetir los primeros cuatro minutos.

Muchas veces la navegación está cerrada por miedo a que el alumno se limite a pasar por encima del curso. Si ese es el caso, consulta las reglas 2 y 5. En lugar de bloquear la navegación, controla sus movimientos en el curso a través de la toma de decisiones. Esto les da la libertad para moverse y probablemente harás el curso más atractivo.

Regla 5: no expongas, haz que lo busquen

Muchos cursos están diseñados para exponer información. Pero eso no es lo mejor para el aprendizaje. Es mejor si se puede crear un ambiente en el que el alumno tiene encontrar la información por sí mismo.

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En lugar de una serie de pantallas de hacer clic y leer, provee al alumno de un problema a resolver. A continuación, proporciona toda la información que normalmente habrías ofrecido dándole acceso a recursos adicionales y puntuales. A medida que el alumno trata de resolver el problema, va a ir encontrando la información que necesita.

Regla 6: considera el ritmo y el flujo

El aprendizaje es como comer. No te limitas a tomar una cucharada tras otra, por lo menos no normalmente (a menos que sea Nutella ). En lugar de ello, se toma una cucharada de comida, se mastica hasta descomponerla en trozos más pequeños, y luego se traga para que pueda ser procesada por el tracto digestivo.

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De la misma manera, no se puede esperar echar palas de nueva información sobre nueva información en el cerebro. Hay que espaciarla. Tomar nueva información, reflexionar sobre ella (tal vez practicar usándola), y luego enviarla a otras partes del cerebro para su procesamiento.

Evita amontonar demasiada información trabajando en el ritmo y el flujo del curso. Con la nueva información, ofrece cada vez la oportunidad de utilizarla. Nota al margen: no defiendo la clásica estructura de 5 pantallas de información y luego una prueba de conocimiento. Intenta algo más creativo.

Regla 7: busca la inspiración fuera del elearning

A veces, en la industria de elearning tendemos a ser tan idealistas sobre lo que es o no es realmente el elearning que todo lo que hacemos es quejarnos o forzar todo tipo de reglas de diseño instruccional que disminuyen la creatividad. Hay una buena probabilidad de que si escuchas a la gente del elearning, tendrás un curso que es muy efectivo evitando la carga cognitiva, pero lo es poco para atraer al alumno.

Seth Godin hizo una puntualización interesante sobre la búsqueda de buenas ideas.

Las mejores ideas salen del ángulo del ojo, el borde de nuestra conciencia, en un instante. Son el resultado de una dirección errónea y de colisiones al azar, y no de una estructura corporativa. Y sin embargo, perdemos miles de millones de dólares en tiempo buscándolas donde no están.

Ponte en una posición en la que las cosas pueden chocar al azar. El periodismo es un campo que es similar al e-learning. Todos los días tienen que sacar todo tipo de multimedia interactivo. ¿Por qué no inspirarse en esa industria? Sigue a David Anderson en Twitter. Hace un gran trabajo recopilando buenos ejemplos.

Personalmente, me gusta revisar las webs de diseño y la industria de la publicidad. Me centro en cómo estructuran el mensaje y el diseño de las pantallas. Son ideas que puedo usar en mis cursos.

Regla 8: crea un curso que sea atractivo a la vista

A menos que estés haciendo un estudio del sueño con un grupo de insomnes, muy probablemente una pantalla plana con un listado de puntos no atraerá su atención. A las personas les atraen las cosas que les resultan interesantes. Compara las dos imágenes de abajo. ¿Cuál llama tu atención?

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Si deseas involucrar a los alumnos, comienza por la elaboración de un tema visual, que sea visualmente interesante, relevante para el contenido, y que sumerja al estudiante en el curso.

Regla 9: hay un lugar para la novedad

Si bien no queremos desbordar con la navegación superflua o los roll-over, hay un lugar para el diseño novedoso. A veces pienso que un juego o algún efecto de sonido explosivo en un curso va a quedar cojo. Pero pregunto a algunos de los alumnos y mencionan lo mucho que les gustó (o aprecian que el curso no era como el resto de los cursos). Por lo tanto, dar un nuevo enfoque o diseño a tu curso puede ser fundamental para la participación del alumno.

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Aquí hay una maqueta que hice para la creación de un curso que se parece a un intercambio correo electrónico para un post anterior sobre la imitación de la vida real en tus cursos. Algo como esto es diferente de un curso típico y podría ser divertido.

Sólo recuerda que lo que es novedoso al comienzo de un curso puede convertirse rápidamente en molesto. Así que quieres equilibrarlo con un buen diseño y, probablemente dar al alumno una alternativa, o una forma más tradicional de obtener la información.

Regla 10: comprométete a hacer elearning motivador

Es fácil despotricar acerca de PowerPoint y del rapid learning, y luego culpar del mal elearning a estas herramientas. Pero la verdadera razón por la que una gran cantidad de e-learning no es bueno es que no hay un compromiso real para hacerlo más atractivo. Y eso recae sobre los hombros de los que diseñan los cursos, sea el cliente, el experto, o el diseñador instruccional.

Independientemente de las herramientas que utilices, puedes crear elearning eficaz. Aléjate de volcar información y céntrate en el alumno. A continuación, busca formas creativas para poner el contenido del curso en un contexto que sea relevante para el alumno. Si haces estas dos cosas, estarás encaminado a la creación de un elearning eficaz y motivador.

Hay más que suficientes recursos para ayudarte a crear un mejor elearning. Además de este blog, me gusta lo que Cathy Moore tiene para compartir. Su mapa de ruta es un método directo para la creación de cursos eficaces.

En cuanto a libros, por lo general recomiendo los estándar que cubren todo, desde el diseño gráfico para presentaciones al elearning. Aquí están algunos que creo que vale la pena tener, si es que no los tienes ya:

  • The Non-Designer’s Design Book: cubre los principios básicos de diseño
  • Slideology : un montón de buenos ejemplos y resumen de los conceptos de diseño de las presentaciones
  • Beyond Bullet Points: aprende a estructurar el contenido que es muy relevante para el diseño instruccional; además, incluye las nociones esenciales sobre carga cognitiva
  • No me hagas pensar: usabilidad de la web y navegación; buenos ejemplos y relevantes para llevar al alumno a través de una pantalla
  • E-Learning by Design: probablemente el mejor libro que cubre la mayor parte del tema

Estas son diez reglas para ayudarte a empezar. Tu próximo paso es comenzar a aplicarlas. ¿Qué más añadirías para el diseñador de rapid elearning que acaba de empezar? ¿Qué otros libros recomendarías?

Comparte tus ideas haciendo clic en el enlace de comentarios.

Demuestra que tu e-learning merece el precio que vale

¿Cómo ser un buen profesional del elearning?

En los tiempos que corren en España, el e-learning debería ser magnífico: eficiente, impactando en la cuenta de resultados de forma directa, ahorrando muchos costes en tiempo y dinero, y siendo la opción número uno cuando se imparte alguna información.

Esto significa que debería haber igualado, si no superado, al e-learning de países como EE.UU., el Reino Unido o Canadá, por citar algunos de los principales.

Sin embargo, mucho me temo que el recorte en formación ha afectado directamente no solo al desarrollo de esta industria en España, sino a su calidad, que parece ir en disminución. Solo hay que ver la cara que pone la gente cuando le preguntas cómo fue su última experiencia con un curso “online”. Es una cara como de asco o disgusto, mezclada con aburrimiento y desinterés.

El e-learning en España necesita beber de las fuentes norteamericanas

Guía para llegar a ser un profesional del rapid learning

Solo con entrar en el blog del experto en e-learning Tom Kuhlmann, podemos descargarnos su guía “The Insider’s Guide To Becoming a Rapid E-Learning Pro”. De no saber inglés, aún podemos beneficiarnos de sus artículos en The rapid learning blog (http://www.articulate.com/rapid-elearning/), que se pueden traducir automáticamente si navegamos con Google Chrome (basta con hacer clic con el botón derecho del ratón y seleccionar Traducir a español).

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A continuación, veremos los puntos más importantes de esta guía sobre aportar valor con nuestra actividad. 

¿Cuál es el objetivo de tu trabajo?

Como profesional del e-learning, tu trabajo es producir resultados que tengan significado para el negocio. ¿Sorprendido? Quizá esperabas leer que tu trabajo es producir bonitos cursos con un montón de multimedia. Pues no, mientras estos cursos no produzcan un resultado cuantificable.

Produce resultados

Se trata de medir el éxito por cómo tu curso contribuye al éxito de la organización. Muchos departamentos de formación lo que miden es el número de participantes que completaron el curso (muchas veces obligados a visualizar unas 100 pantallas). O simplemente valoran cuántos cursos se han realizado.

La formación es un medio, no un fin

Nos parece que nuestro objetivo es crear más cursos. Pero no, nuestro objetivo es contribuir al resultado del ejercicio. Esto no suena nada idílico ni romántico; sin embargo, es lo que puede asegurar que nuestra actividad tiene sentido.

Así, no debemos hacer tanto hincapié en si estamos entregando un vídeo tratado y con interactividad o si estamos enviando por email un PDF: mientras logremos nuestro objetivo, todo vale. Si nuestro objetivo es entregar información (por ejemplo, los nuevos datos sobre prevención de riesgos laborales), hagámoslo de la forma que resulte más rápida y menos aburrida. Un gran curso multimedia con mucha interactividad y juegos muy desarrollados (y apostemos a que si están desarrollados van a tener una larga duración) tiene que justificar muy bien que produce resultados cuantificables.

Menos es más

Puede que estemos contentos de que 20 participantes hayan asistido a nuestro curso de 1 hora realizado en forma de reunión síncrona, utilizando por ejemplo WebEx o Adobe Connect y presentando un curso publicado con Articulate. Puede que esos participantes fuesen directivos que cuestan unos 50 euros a la empresa, por decir un precio bajo. Pues bien, hemos gastado en una hora 1.000 euros, a los que debemos sumar el coste de haber producido el curso. Estos costes deben confrontarse con los ingresos que esperamos recibir cuando los participantes del curso apliquen en su puesto lo que han aprendido.

Menos es más: si podemos evitar interrumpir el trabajo de estos ejecutivos durante una hora, o si podemos hacer que esa interrupción genere más ingresos que los costes que conlleva, entonces habremos hecho un buen trabajo.

Mejor la práctica que la teoría

Muchos clientes que me han contratado han pedido la inclusión de excesiva teoría en los cursos e-learning. El esquema habitual es: 75% de teoría obligatoria (o más), y un 25% o menos de interacciones previsibles más una evaluación. En un curso sobre excelencia en la atención al cliente, ¿contribuye esta teoría a que la atención al cliente sea mejor? ¿No sería más recomendable un 75% de prácticas primero, y después un refuerzo de teoría adaptado a los resultados de cada alumno?

¿Qué quiere mi cliente?

Nuestro cliente no es el alumno que realiza el curso, es quien lo paga. Si es interno, será el departamento que nos ha solicitado el curso, y si es externo está bien claro quién nos paga.

Entregar al cliente lo que quiere es vital. Entregarle algo superior a lo que quiere, le dará sensación de calidad: percibirá que es mejor. Por ello, es muy importante definir bien el proyecto en las primeras fases. Después, todo aquello que no se haya hablado con claridad, se convertirá en un coste añadido (para nosotros) y en un creciente disgusto (para ambos).

No debemos olvidar: el cliente siempre tiene la razón.

Alinearse con los objetivos del negocio

Ya lo hemos mencionado pero es en lo que queremos incidir hoy: nuestros cursos deben estar alineados con el negocio para el que los creamos. Queremos contribuir al éxito de la organización, y queremos que se pueda medir el resultado en número. Por ejemplo: “desde que el departamento de atención al cliente recibió el curso sobre Excelencia, la satisfacción que los clientes reportan ha aumentado en un 20%. Ese 20%, ese número, es lo que buscamos.

Como la vida misma

Si ya es difícil encontrar un curso presencial que sea como la vida misma, lo es más si el curso es online. Esto se debe a que la mayoría de los que producen cursos e-learning está haciendo e-books. En otras palabras, copiamos el libro de texto. O copiamos al profesor que da una clase magistral. Y nada de esto (ni un libro de texto ni una clase magistral) es como la vida misma; más bien lo contrario.

Si el alumno se encuentra con una situación real, exactamente igual a la que experimenta cada día en su trabajo, es más probable que se interese por el curso y saque provecho de él. Si queremos que el alto porcentaje de abandonos de los cursos de e-learning disminuya, tendremos que crear cursos que sean relevantes para los alumnos. Pongamos al alumno ante una o varias situaciones reales.

Ojo, aquí podría escribir otro post entero sobre lo que he tenido que ver por ahí llamado “situación real”. No, que salgan unos personajes un tanto siniestros haciendo un diálogo acartonado parecido al que se daría entre digamos un agente y su cliente, no significa que estemos poniendo al alumno frente a una situación real. Más bien, ponemos a los muñecos estos frente a la situación. Como mucho, hacemos al alumno una pregunta absurda cuya respuesta es evidente (si ha estado escuchando la retórica).

Apoyo en la tecnología

La tecnología nos permite entregar cursos e-learning cada vez más rápido (rapid-learning) para todo tipo de entornos (mobile-learning) y con la opción de combinar esto con sesiones presenciales (blended-learning).

Esto no significa que la tecnología sea el curso. Muchas empresas de e-learning presumen de crear vídeos magníficos para sus cursos e-learning. Me pregunto cuántas de ellas realmente utilizan una metodología basada en el constructivismo pedagógico, como lo está Moodle. Me pregunto cuántos no están replicando lo mismo de siempre: un experto que te da una charla, y luego unas preguntas sobre esta charla. Me pregunto cuántos realmente consiguen un cambio en el desempeño apoyándose en tecnologías maravillosas.

Los profesionales del e-learning simplemente nos apoyamos en la tecnología y sabemos lo suficiente sobre temas de audio, vídeo y diseño gráfico como para entregar un buen curso, o bien contratar buenos profesionales que cubran nuestras carencias en estos aspectos.

Conclusión

Como diseñador instruccional, estarás bien encaminado si diseñas objetivos de aprendizaje que estén alineados con las necesidades de la organización.

Y esto teniendo en cuenta tanto las necesidades del cliente como las del alumno para crear el mejor curso posible.

También puedes leer

http://ojulearning.es/2013/11/necesidad-o-inversion-el-roi-del-elearning/#!

http://www.uoc.edu/web/esp/art/uoc/duart0902/duart0902.html

https://www.opensesame.com/blog/learning-resolutions-successfully-measuring-roi