
Escribir es vivir es la recopilación de Olga Lucas de unas conferencias de José Luis Sampedro. Se enmarcó dentro del ciclo “El autor y su obra” de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander. Se impartió del 21 al 15 de julio de 2003.
De este texto hemos extraído consejos para aquellos que se dedican a la escritura, y especialmente para los que todavía no han logrado el éxito con ella. Veamos qué nos dijo Sampedro sobre ser escritor/a:
El escritor es como una vaca
Como una vaca, el escritor rumia lo que ha visto, tocado y oído.
Particularmente, José Luis Sampedro llevaba un cuaderno de notas siempre encima, apuntando todo lo que veía y oía, y en casa ordenaba sus notas.
Para Octubre, octubre, Sampedro coloca en la pared un cartel con el término transubstanciación, que consiste en coger algo, rumiarlo y transformarlo, como la vaca. En la novela, hay un personaje que es al mismo tiempo el autor de Octubre, octubre, que también toma elementos de su realidad y los trasforma para su novela.
“Escribo porque no puedo evitarlo”
Escribir es un esfuerzo, pero no es un trabajo. De Octubre, octubre, el autor hizo cuatro versiones en 19 años. Apiladas medían 1,26 metros.
“Me veía obligado a ganar dinero para comer. Con la literatura no ganaba un duro, pero me esforzaba en ello porque era y es mi propia vida. Sin ella no podría vivir. No concibo un día sin pensar en ideas literarias, sin tomar notas, sin llevar un cuadernito…”
El propio Sampedro apunta dos consejos fundamentales:
- La escritura ha de responder a una necesidad interior.
- Hay que creerse lo que se escribe: documentarse.
¿El escritor nace o se hace?
A lo largo de las conferencias, José Luis Sampedro explica que los distintos acontecimientos de su vida le han hecho como escritor, y al mismo tiempo, la necesidad de escribir le acompañó desde que descubrió un baúl lleno de libros cuando era pequeño.
Aquí aplica su “concepción de la vida como una obligación de hacerse lo que se es”: uno tiene intuiciones por las que se va guiando.
“En efecto, uno hace la obra, pero la obra le hace a uno”.
La perseverancia es clave
Al igual que para Murakami, para Sampedro la perseverancia es una capacidad clave para un escritor:
“Yo he escrito con tesón y perseverancia durante cuarenta años sin ser reconocido como escritor”.
“Además de ganarme la vida como economista, me levantaba a las cuatro de la mañana para escribir novelas”.
Y es que, en línea con lo que otros artistas afirman, la inspiración ha de encontrarte trabajando, o en palabras de Sampedro, cuando pasan las ideas hay que estar ahí, o las coges, o se pierden.
“En la vida es importante no dejar pasar las oportunidades”.
Llaneza, muchacho, y no te encumbres
Sampedro coincide también con Murakami en que hay muy pocos grandes genios, y fija su objetivo en llegar a ser algún día “un buen escritor de segunda”. Es una lección de humildad de las muchas que nos da el autor.
José Luis Sampedro cuenta que un periodista joven preguntó a Ignacio Zuloaga: “¿Cuáles son sus preocupaciones estéticas actuales, maestro?”, tratando de darse importancia. La respuesta fue: “Pues trabajar mucho”.
Aquí cita la frase de maese Pedro (de Cervantes) y también nos habla de la diferencia entre iluminar y deslumbrar.
Creación de personajes
El autor comenta su necesidad de documentarse muy bien para creerse su propia historia. De la misma manera, al crear personajes Sampedro se pone en la piel de cada uno de ellos, incluso de los secundarios. Nos dice:
“…a todos los personajes importantes de mis novelas les he escrito previamente la biografía”.
Al final del libro explica también dos tablas, una de cada personaje y sus rasgos (edad, signo, creencias…) y otra que cruza personajes con capítulos, para controlar la aparición de estos personajes a lo largo de la novela.
Proceso de comienzo de escritura
En su proceso de escritura, Sampedro sigue unos pasos sencillos: primero, la técnica de la esponja, luego analizar las notas, y después acopiar el material del tema predominante:
Técnica de la esponja
Es la técnica que utilizaba el autor para buscar información, es “la necesidad de ser permeables a la verdad de los demás”, es dejarse penetrar por el exterior, por lo que le traspase, incluso sentado quieto en un banco, sin tomar notas.
El autor cuenta cómo se agracia con el camarero de un bar, con un grupo de albañiles a los que invita a una ronda, se pone como “el mayor cotilla”, y también en otra ocasión cómo finge ser sordo para sentarse al lado de un grupo de señoras que toman el café, y así tener material para crear un personaje, doña Flora, que era mucho mayor que él.
Selección del tema
Al cabo del tiempo, el autor observa en sus notas que un tema es recurrente, es de lo que más toma notas.
Documentarse
El tema “recurrente” es el elegido para trabajar sobre él. Sampedro hacía acopio de planos, mapas, textos, fotografías, etc. durante años, “porque para construir un edificio hay que acarrear material a pie de obra”. Por ejemplo, para escribir La vieja sirena, tardó tres años en documentarse y dos años en escribirla.
Tipos de novelas
Para Sampedro hay tres tipos de novelas:
- Novelas situación: un ejemplo es Congreso en Estocolmo. En ellas, la acción transcurre en un momento puntual y casi no existe el elemento tiempo.
- Novelas río: por ejemplo, El río que nos lleva. El tiempo transcurre con la narración, que muestra un proceso.
- Novelas mundo: su ejemplo es Octubre, octubre. En estas novelas, se dan varias dimensiones temporales.
El reconocimiento, al fin
Con Octubre, octubre, “la gente” reconoce al fin a Sampedro como escritor, y él conoce por primera vez la “satisfacción externa de la escritura, es decir, la respuesta del público a los mensajes del náufrago”. Hay que decir que Sampedro ya había tenido éxitos parciales, algunas de sus obras de teatro se habían representado, pero siempre prevalecía su trabajo como Economista, hasta el reconocimiento del escritor con esta novela que le llevó tanto trabajo.
Escribir es vivir no es solo una serie de consejos para escritores, supone un conjunto de memorias del autor, nos habla también de la Economía, de la enseñanza, de la sociedad, de las decisiones que tomamos como individuos de una comunidad, de un país. Recomendamos su lectura, que llega a vivirse como un diálogo con el propio Sampedro.
3 respuestas a “El escritor es como una vaca – José Luis Sampedro”