– ¿Quién es?
– Soy yo.
– ¿Yo quién?
– ¿María?
– No, no soy María.
– ¿Pero sí eres Belén?
– Belén sí. Pero ¿quién eres tú?
– Soy yo.
– ¿Yo quién?
– Belén, ¿por qué no me abres? No lo entiendo.
– Yo tampoco lo entiendo, no sé quién eres.
– ¿No lo sabes? ¡Soy yo!
– ¡Ay, madre! ¡Que vamos a estar así todo el día! ¿Qué yo?
– Un yo diferente al tú.
– Pues vaya… Me quedo igual. Anda, déjame en paz.
– Belén, no me lo puedo creer, ¡me echas!
– No te puedo echar porque no has entrado.
– No he entrado porque no me dejas.
– No te dejo porque no sé quién eres.
– Soy yo…