Hoy os hablo de Del revés 2, la última producción de Pixar. Si quieres una información sobre emociones muy trabajada y bien documentada, accede a esta entrada sobre qué son las emociones y cómo influyen en el logro de metas. Pero si te apetece divertirte y no te importa sacrificar un poco de exactitud por un mucho de diversión, en Del revés 2 verás reflejadas las emociones de otra manera.

Al margen de esto, lo que me motiva a mencionar esta película es el estudio que hay detrás: Pixar. La gestión de proyectos de esta empresa es ejemplar. Tanto, que Bent Flyvbjerg la menciona en Cómo hacer grandes cosas como ejemplo continuo de cómo se gestiona un proyecto con éxito.
¿Qué tienen de especial los proyectos de Pixar?
Pixar comenzó siendo un estudio pequeño que quería hacer películas de animación en 3D. Son los que realizaron la primera película de animación por ordenador del mundo, Toy Story. Su forma de trabajar permite ver a qué se debe su éxito. Antes de arrancar cualquier proyecto, se permite a los directores que dediquen meses a dar con una buena idea para una película.
Después, siguen estos pasos:
- Crear un esquema de unas doce páginas que desarrolla el argumento de la idea principal. Esta descripción de lo que ocurre, cuándo y dónde se pasa a distintos perfiles para que la lean. El director creará una nueva versión a partir de estos comentarios.
- Escribir un borrador del guion, de ciento veinte páginas. Este guion también se pasa a directores, guionistas, ilustradores y ejecutivos y también es revisado.
- A partir del guion contrastado, se crea un storyboard detallado (un dibujo cada 2 segundos de película) que se pasa a vídeo. Se añade locución no profesional y algunos efectos de sonido. De nuevo, distintos perfiles visualizarán el vídeo y darán sus comentarios. Por otro lado, un equipo más experimentado dará también su feedback. Todo este análisis permite seleccionar aquello que funciona y, sobre todo, desechar lo que no, mucho antes de producir de verdad la película. El coste es bastante menor, aunque el tiempo dedicado a estas primeras fases parezca demasiado.
- Se crea una segunda versión del vídeo basado en el storyboard y se vuelve a mostrar.
- El proceso se itera hasta ocho veces. Los cambios en las dos primeras veces son sustanciales, y después van disminuyendo. Así, el resultado final es un producto altamente probado, mejorado y validado.
Con este proceso se han creado películas como Ratatouille, Del revés (Inside Out), WALL·E, o Monstruos, S.A., entre otras muchas.
Un momento… ¿iterar 8 veces?
Sí. En cambio, la forma de trabajar en la que todo tiene un plazo demasiado cercano y en la que sistemáticamente se dejan de lado las fases de planificación y estructuración, tiene una clara desventaja: en la fase de ejecución se descubre tooooodo aquello que no se tuvo en cuenta, que es muchísimo, incluido en bastantes ocasiones el público destinatario del producto.
Lo barato es caro.
Quizá repetir el mismo proceso 8 veces parezca prohibitivo, pero cuando no se hace, los proyectos acaban resultando cargantes a quien los crea, al cliente y al destinatario final. Y, sobre todo, acaban siendo más caros, mucho más, de lo que habrían sido de respetar las primeras fases. Ocurre que el exceso de coste se lo suele comer quien crea el proyecto, no el cliente, por lo que se sacrifica el posible margen que supuestamente iba a dar el proyecto con una ejecución «rapidísima».
Volvamos a Pixar. Del revés 2 te puede gustar más o menos, te puede parecer, como a mí, que no alcanza el nivel de la primera parte. Pero es indudable que puedes percibir todo el trabajo que hay detrás, cómo se ha cuidado cada detalle, cómo se han documentado, trabajando después esos personajes nuevos que representen las nuevas emociones de la niña.
Sólo con quedarse a ver los títulos de crédito, se puede constatar la cantidad de profesionales que han contribuido al producto final.









