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Apagar y encender

Hace menos de una semana me compré un libro titulado Reiníciate, del filósofo Antonio Fornés. Supe de él a través de un programa de radio que escuché durante el trayecto de vuelta de Semana Santa, en el que tuve atascos varios que añadieron 2 horas a mi viaje. Pues bien: llevaba tiempo con la necesidad de reiniciar «el equipo».

Pero, para reiniciar, es necesario apagar y encender. Y resulta que la Vida, esa que toma el aspecto de Jessica Lange cuando habla con Bob Fosse, respondió con el apagón del siglo, el «gran apagón» del 28 de abril de 2025. Dijo algo como:

Esto es apagar. Esto es reiniciar. Disfrútalo.

Tuve la suerte de disfrutar del día, por el sencillo motivo de que no puedo trabajar sin una conexión a Internet. Incluso si la batería del portátil puede durar unas horas, las fuentes de información y muchas de las aplicaciones están en la web. Incluso utilizo el diccionario online de la RAE, o la resolución de dudas de Fundéu.

Enseguida encendí mi radio a pilas. Debo de ser de las pocas personas de mi generación que sigue escuchando la radio en un dispositivo como este, y lo hago, precisamente, para no depender de una conexión a Internet o de unos datos; simplemente, le das a la rueda, se enciende y suena. También tengo en el coche un mapa de carreteras de papel. Siempre puede darse el caso de perder el acceso a los datos en tiempo real. Si te pilla por la carretera, el mapa tiene las vías principales, aunque haya habido modificaciones.

Pude hacer deporte, pasear y ver gente por la calle, familias, niños jugando en instalaciones que suelen estar vacías, vecinos charlando alrededor de un banco en un parque… y pude ver las estrellas. Vivo en una zona en la que el cielo de noche se ve naranja, por la luz de las farolas. Así que pudo ser el único día en el que se vieron las estrellas en este lugar, ayudadas por la Luna Nueva. Por varias horas, recuperamos la sensibilidad «ante la maravillosa pluralidad de colores que el mundo nos ofrece», en palabras de Antonio Fornés.

Fue también como un breve bocado, comprimido, de lo que fue el confinamiento de 2020, con lineales de supermercado vacíos y la gente comprando lo que nunca, velas, latas de guisos imposibles, o pilas de un tamaño inusitado. También, se podía vivir plenamente aquello que sí se tenía o sí se podía hacer: el tiempo de pronto pasaba mucho más despacio. Es curioso: cuanto menos prisas, más da tiempo a hacer.

A través de esa radio a pilas, es como supe que no era un apagón en mi barrio, sino en toda España. Oía cómo muchas personas se habían quedado atrapadas en los trenes y metro, pero también en los ascensores, cómo el apagón sorprendía a cada persona en una situación distinta e impedía comunicarla con otras, pues perdimos incluso la posibilidad de establecer contacto telefónico. Además, después se ha sabido que algunas personas han fallecido por este suceso: es un tema serio y que da que pensar sobre dónde está España como país.

Las fechas de entrega ajustadas se iban al garete, los emails se quedaban en el limbo, de fondo, se podía sentir el alivio de no tener que trabajar a contrarreloj, de poder parar, junto con cierta ansiedad imaginando que, al día siguiente, se trataría (sin éxito) de recuperar el tiempo perdido en esos proyectos donde muchas personas estábamos ya haciendo un esfuerzo superior.

Solo quedaba volver a finales del S. XIX, primeros del S. XX, pero con menos medios: si en la casa no hay gas butano, no hay fuego y no puedes cocinar. Tampoco hay lámparas de aceite. Velas y linternas, incluida la del móvil, que quedó reducido a eso, a ser una linterna. Noticias a través de la radio, que permite prestar atención a la comida o a las otras personas, que no absorbe tanto como la tele. Y poco más; tal vez, recuperar la lectura de libros, el deporte, los paseos.

Qué perdura

Reflexionando sobre mi último libro, Itinerario personal para la empleabilidad, II, en el que la persona puede descubrir y trabajar sus competencias personales, emocionales, sociales y emprendedoras, en el que se crea un curriculum vitae y se prepara para lanzarse al mercado laboral, en el que constituye una empresa partiendo de una buena idea emprendedora que tenga solvencia, pensé que lo que perdura es lo humano: la parte más «moderna» del libro muestra herramientas y aplicaciones que se utilizan para todo esto, y, paradójicamente, es la que se queda obsoleta primero. En una situación como la del apagón, esa parte ya no es aplicable, claro.

En cambio, lo más humano, aquello que habla de las competencias, de conocerse muy bien y de crear una marca personal, eso no cambia. Es sobre lo que suelo escribir en este blog, como sabéis los lectores asiduos, pero también aquello sobre la que he tratado en los manuales Herramientas de coaching y Habilidades de comunicación en el aula.

En un mundo distópico en el que, inesperadamente, perdiéramos todo contacto con el mundo online, con internet, las aplicaciones, los buscadores, la inteligencia artificial… recuperaríamos parte de lo humano que ahora sentimos diluido, ajeno a sí mismo. Y buena parte de ello es el contacto real con otras personas, con la vecina, con los niños que están jugando en la calle.

¿Cómo fue el día del gran apagón en tu caso? ¿Cómo pasaste las horas de incertidumbre que vivimos? ¿De qué te diste cuenta? Me gustará leer sobre ello en la sección de comentarios. Muchas gracias por leer y por compartir.

Publico un nuevo libro, que no es para todos

Ha salido ya a la venta mi tercer libro con Ediciones Paraninfo, Itinerario para la empleabilidad, II. Con este nombre rimbombante, el libro desarrolla los contenidos del módulo profesional del mismo nombre, módulo transversal de los Grados medio y superior de Formación Profesional.

Encontrar trabajo empieza por saber qué puedes ofrecer y cómo hacerlo realidad. Este libro es una guía práctica para lograrlo. Te prepara para definir tu marca personal, triunfar en el mercado laboral y crear proyectos con impacto social y tecnológico. Es moderno, atento a las nuevas herramientas que existen y a los mundos que se abren ante nosotr@s a la luz de los cambios constantes.

Así que se podría llamar: Logra el éxito profesional. Y podría llevar este subtítulo: haz que tu marca personal te dé trabajo o monta tu propio negocio sostenible.

Pero no es para todos.

Portada del libro.

Qué te llevas con este libro

Este libro sobre empleabilidad ofrece un recorrido práctico y accesible para iniciarse en el mundo laboral. A través de retos reales y motivadores, aprenderás a identificar tus habilidades, elaborar tu primer CV y presentarte con confianza a oportunidades de empleo.

Además, te acerca al emprendimiento social y tecnológico, mostrándote cómo transformar tus ideas en proyectos con impacto. Con herramientas digitales, metodologías actuales y una mirada puesta en la sostenibilidad, te prepara para construir un futuro profesional sólido, adaptado a los desafíos del entorno y a las exigencias del mercado laboral.

¿Qué incluye?

  • Retos profesionales realistas y motivadores. Por si no lo sabes, los retos están de moda, funcionan muy bien para aplicar los conocimientos.
  • Una vista siempre puesta en nuevas herramientas y nuevas formas de seleccionar personal y de crear empresas.
  • Muchas actividades para practicar todos los conceptos.
  • Mapas conceptuales para repasar.
  • Actividades tipo test, de aplicación y de ampliación, algunas bastante divertidas.
  • Enlaces web de interés y bibliografía específica.

¿Qué incluye si el profesorado adopta el libro para impartir este módulo?

  • Programación didáctica.
  • Solucionario.
  • Cuaderno para el alumnado con actividades extra.
  • Videotutoriales.
  • Hoja Excel de cálculo de notas.
  • Examina.
  • Libro digital proyectable.
  • Unidades extra disponibles en la web, con recursos interactivos.

Mención especial merecen estas unidades extra, pues están disponibles en formato PDF pero también como recurso interactivo SCORM, que puede subirse a una plataforma Moodle y rastrear la completitud.

Pero el libro no es para todos.

¿Por qué no es para todos?

Si ya tienes un trabajo, tienes un CV bien redactado, tienes una marca personal desarrollada, y/o tienes tu propia empresa que funciona muy bien, entonces el libro no es para ti.

Si bien el libro está destinado a alumnado de formación profesional de todos los ciclos, no necesariamente hay que identificar esto con que está dirigido a jóvenes, pero sí a personas sin experiencia o con poca experiencia en el mercado laboral… En principio.

Si necesitas reciclarte, si desconoces las formas en que la inteligencia artificial criba CV, o si tienes que desarrollar tu marca personal porque estás en búsqueda de empleo, tengas la edad que tengas, este libro sí es para ti.

Pero, ya sabes, no es para todos.

Te diré que yo misma he recurrido varias veces al libro para revisar un concepto que necesitaba aplicar, porque ayuda muy bien a impulsar nuevos emprendimientos, a definir el producto mínimo viable, a aplicar el design thinking para la sostenibilidad, o a tener una marca personal coherente y promocionarla.

Desde el principio, el libro ayuda a la persona a identificar sus competencias personales, emocionales y sociales, para luego desarrollar también las competencias emprendedoras. Vamos, que ayuda a conocerse bien. «¿Quién soy?» «¿Qué puedo ofrecer?» Este libro facilita la respuesta a estas preguntas.

Dado que soy economista, tampoco he olvidado remarcar la necesidad de que un negocio sea viable económicamente. En el libro, se explica muy bien cómo acceder a distintas fuentes de financiación. También, cómo hacer un balance y una cuenta de resultados sin tener demasiada idea del asunto (que no es poco).

Seguidores naturales de este blog: ¿qué os espera?

Así como mis anteriores libros de Herramientas de coaching y de Habilidades de comunicación en el aula están muy alineados con los temas que trato semana tras semana en este blog desde 2008, Itinerario personal para la empleabilidad, II es ligeramente distinto, puesto que es mucho más práctico, más funcional, menos filosófico.

Entonces, si no estáis en los casos anteriores que he descrito, el libro no es para vosotr@s… pero siempre podéis regalarlo a vuestros familiares cercanos que se encuentren en esta situación, especialmente si no tienen experiencia laboral o aún no han terminado sus estudios. Creo que les puede servir de mucha ayuda.

Solo os digo que:

Está hecho con mucho cariño y mucho esfuerzo, al servicio del alumnado y del profesorado.

Si quieres comprar el libro, haz clic aquí.

Agarra el problema como puedas

¿Qué tienen que ver Tony Soprano, el capo de la mafia de la serie Los Soprano, y Gypsy Rose Lee, artista del burlesque?

Te cuento:

Cuando unos hombres tratan de matar a Tony Soprano, enviados por su propio tío, precisamente cuando atravesaba una depresión, Tony reacciona vivamente y por la fuerza consigue reducirlos uno a uno (hablo de la primera temporada, hacia el final). Esa es la fuerza con la que una persona puede reaccionar cuando enfrenta una situación dura y difícil, como puede ser una enfermedad o una experiencia cercana a la muerte.

En esa escena magistral, Tony Soprano agarra con su mano la pistola con la que le están apuntando, es decir, no huye de la situación, la enfrenta y, agarrándola y aproximándola a sí, consigue paradójicamente quitársela de encima.

Tony Soprano junto a Gypsy Rose Lee. Esto lo ha creado ChatGPT… No tengo palabras. Me sobrepasa la IA (así que ¡la agarro como puedo!).

Vengo observando que, cuando se coge el toro por los cuernos, los problemas encogen, y que, cuando se corre hacia el lado opuesto, o bien se reacciona con la parálisis absoluta, los problemas son cada vez más grandes, más complejos y más difíciles de resolver. Hubo un anuncio en televisión en el que ocurría exactamente eso: una mujer que en un principio huía de un lobo en la noche, empieza a correr hacia él.

No se trata de ir buscando problemas o de querer atraerlos, pero sí se trata de coger ese problema y convertirlo en algo que te da fuerza, parecido a lo que hace un luchador de artes marciales con la fuerza de su opuesto contrario.

La vida se mueve, la vida baila, la vida funciona, esos problemas o situaciones difíciles y, especialmente, las personas difíciles, forman parte de este baile y lo enriquecen, le dan color.

Todo esto tiene que ver con el asentimiento: si yo digo sí y asiento a algo que no me gusta, se abren de pronto otras posibilidades que no se habían advertido cuando simplemente se niega lo que se tiene delante.

Abraza el destino como Gypsy

Hace poco tuve la enorme suerte de ver el musical Gypsy, ya sabes, el de Antonio Banderas. Lo recomiendo altamente: no es tipo Disney, claro. Es tipo Chicago, un musical de un tema serio. Tan serio como una madre explotando a sus propias hijas para ganar dinero. O, contado de otra manera, como una madre que no ve otra salida en la época del crack del 29 que llevar de gira a sus hijas para subsistir. Y que llega al extremo de… No hago spoiler: recomiendo verlo.

Gipsy se basa en las memorias escritas por Gypsy Rose Lee, una estrella del burlesque. ¿Perdón? ¿Qué ocurre desde que una madre lleva a sus hijas a actuar a distintos sitios hasta que una mujer se convierte en estrella del burlesque? ¿Es la propia madre, que busca más dinero con esto? No: es una de las hijas, que abraza su destino, abraza al lobo, abraza a la pistola que la está encañonando, agarra el problema como puede y sale adelante.

Una herramienta muy útil para agarrar los problemas es el coaching. Y una forma de lidiar con las personas que para ti son difíciles es la comunicación. De ambos, como sabes, puedo recomendarte un libro:

Como siempre: gracias por leer y por compartir.

Charla en la Universidad de Nuevo León, México

El pasado martes (1/4/25) tuve la suerte de impartir un taller online sobre mi libro Herramientas de coaching en la Universidad Autónoma de Nuevo León, México, concretamente en la Facultad de Contaduría Pública y Administración (FACPYA), gracias a Ediciones Paraninfo. Alrededor de 200 asistentes del profesorado de la Universidad tuvieron la ocasión de conocer más de cerca el contenido de este libro y, sobre todo, sus aplicaciones prácticas.

¿Cómo se presenta un libro?

Tengo que decir que ya había presentado libros antes, pero hacía mucho tiempo. También, lo había hecho de manera presencial, así que estaba en parte en un terreno nuevo y motivador.

El taller arrancó con la presentación de Ediciones Paraninfo, que transmitió con entusiasmo su firme apuesta por la excelencia educativa y el valor de sus publicaciones. Se puso en valor la colaboración entre docentes como motor de innovación en el aula y se ofrecieron canales de contacto para impulsar nuevos proyectos académicos en equipo.

Cuando llegó el turno de presentar el libro y realizar un pequeño taller sobre coaching, elegí hacer una presentación corta, de 10-12 minutos, que aportaba la estructura del libro y las ideas clave que se trabajan en sus dos módulos.

En el módulo 1, expliqué muy por encima los referentes del coaching, el rol del coach y las habilidades que ha de tener, el código ético al que debe adherirse, los beneficios del coaching y las 3 corrientes fundamentales: americana (Thomas Leonard), europea (John Whitmore) y ontológica (Rafael Echeverría).

En el módulo 2, se da una importancia fundamental al conocimiento y la gestión de las emociones, haciendo hincapié en las últimas teorías del funcionamiento del cerebro. Luego, se da paso a las siglas básicas: G.R.O.W. para las fases de una sesión y S.M.A.R.T. para la fijación de objetivos. Se explica la relación entre el coaching y la mejora continua (Lean, Kaizen) y se revisa el modelo triaxial de los valores.

¿Cómo puede ayudar el coaching al profesorado?

Lo más interesante fue escuchar las preguntas del profesorado asistente a esta charla:

  • ¿Cómo se puede aplicar el coaching en el aula? Ciertamente, no es un proceso de coaching estándar, pero se puede beneficiar del coaching de equipos. Puede utilizarse el modelo SMART para guiar al alumnado hacia sus objetivos.
  • ¿En qué consiste el coaching ontológico? Bien, era necesario que esta corriente de coaching se creara, pues el coaching europeo, o el norteamericano, adolecen (desde mi humilde punto de vista) de falta de profundidad. Así, el coaching ontológico invita a la reflexión personal, permite apoyar al alumnado al profundizar en su identidad (¿Quién soy?) y sus aspiraciones (¿Qué puedo ofrecer?).
  • ¿Cómo aplicamos Lean en el aula? La metodología Lean permite aumentar la competitividad en los mercados. Si se trabaja por proyectos, es muy interesante aplicar la metodología TPS (Toyota Production System), de la que se deriva Kaizen.
  • ¿Cómo aplicamos el coaching en nuestras tutorías? El coaching puede mejorar la eficiencia personal y la calidad de las tutorías al fomentar una escucha profunda y la formulación de preguntas poderosas para entender mejor las necesidades del alumnado.

Agradecimientos

Estoy muy agradecida a Ediciones Paraninfo por la oportunidad de abrir el mercado latinoamericano para este libro, en particular a Carmen Lara, Marcelo Villani y Nancy Ochoa por su apoyo en esta presentación.

También, por supuesto, a la Jefa de Capacitación y Desarrollo Francis Alejandra Moreno Godoy por organizar todo el evento y a María Mayela Terán Cazares, Maestra investigadora del área de Ciencias Administrativas, por acoger este taller.

Ya estamos todos obsoletos, tú también

¿Piensas que hay sectores de la economía anclados en el pasado? Yo también lo pensaba. Pero ahora pienso que lo están todos, que el mundo mismo, tú, cualquier persona o empresa de cualquier sector, estamos anclados en el pasado. Me explico.

En los últimos meses, estoy trabajando estrechamente con la editorial Paraninfo para la edición y publicación de varios libros de los que os vengo hablando. Puede que pienses que el mundo editorial está herido de muerte. Hace tiempo, cuando me dedicaba exclusivamente a la formación online, también lo pensaba, porque tenía la creencia de que los contenidos online, incluidos los libros en formato electrónico, arrasarían con el papel, que tendría un uso muy residual.

Pero ha ocurrido lo contrario: «el papel» está muy vivo, se editan libros de todo tipo (también conozco editoriales de otros cortes, como Ediciones Pàmies) y los libros se publican y se leen.

Así, he dejado de creer que el mundo editorial esté especialmente anclado en el pasado. Ahora pienso que este sector no difiere demasiado del resto. ¿Por qué? Porque actuamos conforme a como se actuó ayer, el año pasado, «se viene haciendo» o «se debe hacer».

Oímos a gurús de diversas disciplinas decir:

El momento presente es lo único que existe, la vida se renueva a cada momento.

Entonces, en el momento único y totalmente novedoso en el que estoy, estoy repitiendo el pasado porque «se ha establecido así», porque «ahora no vamos a reinventar la rueda» y porque es más cómodo, la verdad. Otra de las razones por las que se actúa según las reglas del pasado es por miedo: todo lo nuevo se mira con cierto temor, quizá porque se prefiere lo malo conocido. Recordad que estas son las dos razones que nos daba James Hollis para no actuar: letargo y miedo.

Por muy puntero que sea un sector, se queda atrás en un lapso asombrosamente corto. Ejemplos:

  • Las nuevas tecnologías: hombre, nuevas… Ya lo de «nuevas» lo deberíamos quitar de la expresión.
  • El aprendizaje electrónico: existe desde 1990, por lo menos (ya sabes, el CD que te enviaban a tu casa). Desde que existe el software, existe el e-learning, aunque en un primer momento fuese offline. La formación online también va teniendo unos añitos.
  • Las redes sociales: estudié un máster en Marketing digital en 2016. En ese momento, Facebook lo petaba, Instagram no se usaba para el marketing digital y TikTok ni existía. De hecho, hace muy poco X se llamaba Twitter y lo que ocurre con esta red social cambia con bastante frecuencia.

Por otro lado, sectores menos «innovadores», especialmente los de las relaciones personales (enseñanza, psicología, restauración, cuidado de personas) parece que cambian menos: es que el ser humano que hay detrás es el mismo.

¿Cuál es el caso de la IA?

La IA es probablemente el sector que más vive en el ahora. Va a tal velocidad que las sorpresas son semanales, casi diarias. Cuentes lo que cuentes sobre esto, queda obsoleto en muy poco tiempo. Por ejemplo, aquí hemos mencionado que ChatGPT escribe de cierta manera (eso ha cambiado poco), pero se ha hecho más listo. El becario ya tiene experiencia: tras darte el resultado de lo que pides, un resultado cada vez más ajustado y fiable, te pregunta si quieres que te ponga la información en un descargable, te cree una tabla o la oriente a tal o cual audiencia. Va siempre más allá. En la evaluación del desempeño, lo pondrían por las nubes. Quizá le asciendan.

Luego está el buscador de Google. ¿Por qué molestarse en preguntar a ChatGPT si el buscador de Google ya te da la respuesta en primer lugar? Por ejemplo: al escribir este artículo, me preguntaba cuándo surgió TikTok. Pues bien:

Respuesta generada por Google para que 1) no pienses más, 2) no haga falta que hagas clic en ningún enlace.

Sea como fuere, la dinámica del universo es el cambio constante, es un baile, subes y bajas y, como te despistes, sobre todo a partir de cierta edad, te quedas obsolet@ y luego tienes que enterarte de qué porras es el upskilling y el reskilling, sobre todo este último, que no es ni más ni menos que reciclarse.

El orgullo de que te roben un artículo

El 7 de mayo de 2024 descubrí con perplejidad que un artículo fundamental de este blog había sido plagiado.

El artículo se llama: ¿Qué es el coaching y para qué sirve? En él, te explico:

  • Qué es el coaching y por qué se usa esa palabra tan rara para un hispanohablante.
  • Qué características tiene y qué lo diferencia de otras disciplinas.
  • Para qué se utiliza.
  • A qué normativa se atiene.
  • Cuáles son las características de un o una coach profesional.
  • Qué es el coaching transaccional.

¿Y en qué consistió el plagio?

¿Acaso alguien en su blog particular copi-pegó partes de mi artículo?

No, en realidad, me lo copiaron de cabo a rabo, incluida la imagen que elegí para ilustrarlo. Y lo colgaron de un dominio más relacionado con el coaching que el mío.

Aparte del enfado inicial al ver que tu trabajo es fusilado sin pedir ningún tipo de permiso ni dar crédito a la autora original, luego surgió otro sentimiento: el orgullo, esa sensación de:

Satisfacción por los logros, capacidades o méritos propios o por algo en lo que una persona se siente concernida. (RAE).

Si se robó de forma tan descarada es porque es bueno.

Lo es: te aseguro que trabajo con profundidad los artículos que van dirigidos a mi clientela potencial. Puedes consultarlo en cualquier momento aquí.

Conversación de coaching. Imagen de Tirachard Kumtanom en Pexels.com.

Por cierto, la empresa que lo había copiado rectificó inmediatamente borrándolo, culpando «al becario» de la acción.

¿Para qué leer un post si tienes un libro?

De este tema del que iba el post he publicado un libro entero: Herramientas de coaching. Desarrolla una especialidad de carácter intersectorial de Habilidades personales y sociales. Esto significa que responde a un índice oficial de formación reglada.

Se compone de dos módulos, introducción al coaching y coaching en la práctica. Y tiene algunas temáticas muy valoradas por los lectores de este blog, como son:

  • Dominar la escucha activa y el arte de preguntar.
  • Gestionar el autoconocimiento y la autoconfianza.
  • Comprender las propias emociones, lo que incluye la aplicación de la inteligencia emocional.
  • Identificar cómo funciona el cerebro.
  • Y, de forma primordial, definir y conseguir objetivos.

A mí el libro me parece barato. Todo es discutible, pero por menos de 20 euros te llevas toda esa sabiduría que una vez una empresa trató de quedarse a través de uno de mis post. Yo me lo pensaría.

Si lo que te interesa más bien es la comunicación y, en especial, si eres docente, entonces tengo este otro, que es aún más barato e igualmente sustancioso: Habilidades de comunicación en el aula.

Jessica Lange te lo diría con cariño

La Muerte mantiene una conversación con el alter ego de Bob Fosse en All that jazz, pero me ha dado por pensar que no es la Muerte a quien encarna la bella Jessica Lange, es la Vida.

Si has visto la película, dirás: «No, no es posible: la película sigue claramente las 5 fases del duelo definidas por Elisabeth Kübler-Ross: negación, ira, negociación, depresión y aceptación».

Jessica Lange como la Muerte en All that jazz. ¿La Muerte o la Vida?

Sin embargo, si lo analizas con detalle, puede que te convenza mi punto de vista. Te cuento. La Vida te habla con cariño, sonríe ante tus trastadas cuando más o menos llevas el rumbo que ella te marca: entonces, todo se hace fácil, va rodado, fluye, no pesa.

Cuando te vienes arriba y dices: «pues yo es que voy a ir por aquí, que es lo que me marca mi ilusión de la infancia, o mis padres, o ambas cosas», resulta que la Vida trata de reconducirte.

Al principio, lo hace dándote un leve toque, casi un susurro:

Belén, por aquí, no.

Y como es tan sutil, pasas y continúas la búsqueda de grandeza, reconocimiento, ser lo más. O esquivar de forma elegante el marrón que tienes delante, haciendo como que no lo ves, o pasándoselo a otra persona. O una combinación de ambas cosas, en las que ignoras los obstáculos mientras continúas con la mirada fija «más arriba».

Como ponía en el ascensor en el que he subido hoy: «Subes o bajas, pero no te quedas donde estás». En un ascensor, suena reconfortante, en la vida, cuando subes, bien, cuando bajas… entonces, la Jessica Lange se va poniendo macarra, ya no te sonríe tanto, y los toques que te da no son tan sutiles. Puede que se te estropee el coche, o el teléfono móvil, que las combinaciones de los transportes se te den mal… Algo pasa, pero no solemos entender el mensaje.

Y la cosa va a más y te puedes encontrar que enfermas, o que el motor del coche muere, o muere tu mascota, o te echan del trabajo… Jessica Lange se ha transformado en un ser horrible, tipo Freddy Krueger, o el fantasma de la señora de la biblioteca en Los cazafantasmas, un ser vengativo y que te ha cogido manía.

Cuando es lo que toca

Por ejemplo, vas conduciendo y en un paso de cebra te toca esperar a que se baje todo un autobús que cruza por delante de ti. O muy común, el atasco de cada día, esos momentos en los que compartes destino con cientos de personas que no conoces. O cuando pierdes el autobús y el siguiente no pasa hasta dentro de 20 largos minutos, que son un regalo para darse cuenta del día que hace. Todo eso «te toca», es un destino colectivo.

A veces, se nace ya con algo, un tema hereditario, o ese tema se revela mucho más adelante. A veces, el destino te trae vivencias completamente desagradables y solo te queda decir: sí. Hace poco salió en el programa Volando voy de Jesús Calleja un hombre que nació con glaucoma y acabó quedándose ciego. Pues ese hombre surfeaba de tal manera que nadie diría que lo era. Su lema era decir que sí a todo, como en la película Di que sí: apuntarse a un bombardeo, vivir a tope.

Porque la típica pregunta de «por qué a mí» no tiene una respuesta fácil, y, sobre todo, no te ayuda en absoluto a sobrellevar eso que te ha tocado, cuanto menos a solucionarlo (si es que tiene solución).

Jessica Lange te dice con cariño que la vida que tienes es la tuya, que la vivas, que la respires y la disfrutes como quieras y puedas, que tendrá momentos amargos y que será importante aceptar lo que te propone, porque hay algo más allá de ello que quizá se nos escapa a los simples mortales.

Tengo que reconocer que Jessica Lange me habló con calidez cuando propuse a Paraninfo la escritura de Herramientas de coaching y de Habilidades de comunicación en el aula. Hizo que las cosas fueran fáciles, rápidas y sin demasiados obstáculos. Así que siento un profundo agradecimiento.

Lo sutil ¿se lo lleva el viento?

¿Qué podrán averiguar de nosotr@s los humanos del futuro, cuando no tengan acceso a ninguna de las tecnologías intangibles, porque serán inservibles?

Hace muchos años que trabajo con «información» etérea como este blog que lees ahora.

Y eso que en mi primer trabajo, aún no había ordenadores en todos los escritorios, y había personas reacias a que les pusieran uno. Los que teníamos ordenador lo usábamos como sustituto de una máquina de escribir, es decir, aún no había email, ni internet.

Cuando trabajé en estudios de mercado, la respuesta verbal de una persona (el entrevistado) se convertía en un dato, grabado en «una cinta» (en realidad era un disquete, pero que se llamase «cinta» nos revela un origen aún más remoto). Esos datos se tabulaban (se disponían en tablas) y esas tablas se imprimían. Cada proyecto podía arrojar 200, 300, 500 páginas de tablas de datos. Lo tangible eran esos tochos de papel. Si te habías equivocado, había que volver a imprimir esas 200, 300 o 500 páginas. Los técnicos trasladaban la información fundamental de esas tablas a bonitas presentaciones de PowerPoint. De lo que dijeran a los clientes sobre sus conclusiones, tan solo quedaría el archivo de la presentación.

Dando clase, lo intangible en sí era la clase, la impartición. Es un fenómeno cuyas evidencias son los apuntes, los libros, los exámenes, las diapositivas… Pero el hecho en sí es inasible, aunque puede contemplarse. Es un fenómeno similar al teatro, cada representación de la obra es única, solo se produce una vez, no puede atraparse.

Y así con el resto de mi trayectoria laboral, en lo que respecta a lo impalpable: los cursos de formación online pueden evidenciarse, están ahí, pero solo si tienes acceso y la tecnología que los desbloquea. Muchos de ellos quedaron inservibles cuando se desactivó Adobe Flash, con el que se hacían auténticas maravillas. Y otros muchos no pueden actualizarse porque no se tienen los archivos fuente.

Mucho trabajo que se hizo en el pasado con software que ya no existe se ha perdido para siempre, tanto archivos de texto como de imagen. Y está ahí, en un disquete, o en un CD, cuando no en un rollo de película, totalmente inservible y obsoleto.

Dentro de 500 años

Si, desde una cultura dentro de 500 años, nos estudian, ¿qué trazas pueden llegarles de lo intangible? ¿Cómo rescatarán, si es que pueden, un «producto» totalmente vago, abstracto, casi irreal, si la tecnología asociada a él ya no existe? ¿Acaso podrán averiguar nuestros avances con la IA? Tal vez el registro tangible del hoy tecnológico sean los servidores. Me los imagino con hierba por abajo y hiedra pegada a su alrededor, dejándolos casi ocultos.

Quién sabe si la posteridad nos encontrará como trogloditas. Imagen de Pixabay generada por IA.

También me pregunto si estamos sacando las conclusiones correctas de culturas pasadas, cuando se han podido perder muchos libros, si los había, o inscripciones, y lo oral no se ha reflejado en ninguna parte, tampoco las representaciones, ni quizá muchos de los trabajos.

Todo lo sutil se lo llevó el viento.

Si quieres algo muy tangible, tengo dos libros recién publicados y que recogen mucho de lo que vengo contando en este blog:

  • Para las personas que estáis interesadas en temas de aprendizaje en el aula, pero también en comunicación, tenéis este libro: Habilidades de comunicación en el aula, que trata de temas como el lenguaje del cuerpo, las estrategias para hablar en público o cómo gestionar conflictos en un aula.
  • Para quienes estáis interesados en el desarrollo personal, especialmente en cómo establecer objetivos y alcanzarlos, el funcionamiento de las emociones y el cerebro, o la excelencia en la conversación del coaching tenéis este libro: Herramientas de coaching.

Disfruta y gracias por leer.

¿Quién dijo que no se puede aprender nada nuevo después de los 50?

El uso continuado de distintas aplicaciones de IA me ha llevado a trabajar de otra manera, como si tuviera un compañero (ese becario entusiasta pero con poca memoria) con el que consultar el planteamiento de un contenido o de un recurso. ¿Quién dijo que no se puede aprender nada nuevo después de los 50?

Por cierto, ya todo tiene IA, no se trata solo de los modelos de lenguaje independientes, como ChatGPT o NotebookLM, sino que las herramientas de mi día a día, como Adobe, Articulate, Canva e incluso Office incorporan la IA por doquier, incluso «de más».

De mis lecturas sobre cómo enseñar, recuerdo muy bien una frase:

No enseñes de más (no des recursos en exceso para explicar el concepto).

Y a veces la IA está para mí «de más», cambiando tus textos sin que se lo hayas pedido, siempre servicial y optimista, simplificando y a veces distorsionando los mensajes. Así, personas como Jesús Alonso Gallo no utilizan la IA para crear sus textos, porque pierden muchísima autenticidad.

El uso de Canva para hacer vídeos incorporando las voces creadas por IA de Eleven Labs me ha descolocado: antes, la producción de vídeo era lo más caro de la formación online y lo que más tiempo llevaba. La locución profesional no era cara, pero había que solicitarla. Ahora, una máquina habla en perfecto castellano y con locución profesional, indistinguible en muchos momentos de la voz humana. Ahora puedo producir un vídeo de 1-2 minutos con acabado profesional en 1 hora.

Más rápido, más lento

Y sin embargo… Lo que estoy pensando en esta época en que cuesta actualizarse sobre el avance loco de la IA, a pesar de que sigo a Ethan Mollick y, sobre todo, a David Mattin, es que cada vez cobra más valor lo artesanal, no como un reducto anacrónico en un pequeño pueblo de la España vaciada, como sería el encaje de bolillos, la cestería, la marroquinería (que también me resultan muy interesantes)… No, como una reivindicación de lo humano, de la calidez, la autenticidad y, por qué no, del error humano. Observa que el boletín que envía David Mattin se llama New World Same Humans, es decir, Un nuevo mundo, los mismos humanos.

Cada vez valoro más lo que se ha cocinado a fuego lento, incluso literalmente (comidas hechas a fuego lento). A fuego lento, se ha podido reflexionar sobre un contenido, se ha podido digerir, ha dado tiempo a hacerse preguntas sobre él y a enfocarlo de otra manera, no quedándose en lo superficial. Sobre esto, tengo una anécdota interesante:

Tratando de crear un vídeo sobre la construcción de la Ópera de Sídney con Synthesia, una herramienta de IA para hacer vídeos, la herramienta determinó, para mi asombro, que mi texto infringía unas normas internas. Pero ¿qué ponía en mi guion que no pasó un filtro de normativa? Pues hablaba del fracaso de ese proyecto: la poca experiencia de su arquitecto cuando aceptó la construcción del edificio y la desafortunada intervención del político que quiso adelantar los plazos y reducir los costes. Esto, sin dar nombres.

Esta restricción y el retraso de mi creación del vídeo me llevó a reflexionar: ¿qué es lo que no se ha comido la IA? ¿Qué ha filtrado, la crítica al político, mencionar el fracaso del arquitecto, o ambos? Y esto me llevó a un lugar nuevo: la compasión por ese arquitecto y el planteamiento totalmente diferente del guion. En lugar de hablar del fracaso con el tono de «es que no podía pasar otra cosa, ¡qué desastre!», hablaría de la sensación de impotencia del arquitecto al ver que todo se le iba de las manos, con el tono de «nunca habría deseado que esto pasara».

Tal vez esta velocidad que adquiere la producción de todo contenido, asistido por IA, permite precisamente la reflexión profunda sobre lo que se está haciendo, para qué sirve y cuál es la mejor óptica para plantearlo. Eso siempre que se reflexione o se analice lo que arroja la herramienta de turno. De otra manera, vamos ciegos a lo que estamos comunicando y difundiendo.

Entonces, después de los 50 puedes aprender que, gracias a la velocidad de las herramientas y los sistemas, puedes ir más lento, al ritmo que corresponde a «peinar canas», respirando entre una barrida y otra, como Beppo, el barrendero de Momo.

Después de los 50 es cuando he vuelto a publicar en papel, dos libros que he cocinado a fuego medio (ni muy lento, ni muy rápido) sobre temas de interés para quienes seguís este blog: Herramientas de coaching y Habilidades de comunicación en el aula.

El choque

Así lo he percibido, como un choque entre dos mundos, dos mundos que me apelan desde lugares aparentemente opuestos: un episodio nacional de don Benito y el último libro de Isra Bravo.

La portada

Ya desde la portada, vemos dos versiones que chocan y dialogan entre sí de esta manera:

El clásico libro con la imagen de un cuadro de Isabel II frente a una aséptica portada de negro sobre blanco con frases impactantes en mayúsculas.

Ambas portadas nos cuentan qué hay dentro, pero de formas muy distintas. Diría que es más sugerente la de Isabel II. ¿De qué va, exactamente, Las tormentas del 48? Tengo que abrirlo y leer para saberlo. En la portada de 300 palabras se me describe muy bien qué voy a encontrar: un método de cómo escribir esas 300 palabras para tener todos los éxitos.

Vamos a abrir el libro

Abrimos ambos libros, encontramos las solapas interiores que nos hablan del libro y del autor:

Solapas de ambos libros, que de nuevo se relacionan en la forma en la que presentan al autor y al libro.

Isra Bravo lanza un mensaje muy poderoso, de autoridad. Nos remite a su página web, asegurando que no necesita utilizar las redes sociales: tiene otras técnicas. A Galdós me lo ha pintado Sorolla (nada menos), y el episodio lo presenta Manuel Salcedo Olid, escritor.

Pero, vayamos a la imagen en sí de cada autor. Isra Bravo muestra una imagen en blanco y negro con un look moderno y casual, el pelo rapado y la camiseta negra, un aspecto sólido y neto, como sus palabras en la portada. Don Benito muestra elegancia en su vestimenta y su postura, un cigarro con boquilla en la mano derecha, un bastón en la izquierda, un lazo en el cuello y su característico bigote.

Atención a las miradas: Isra Bravo mira a cámara, es decir, mira al lector, aumentando esa sensación de desafío, de «aquí estoy yo, ¿qué pasa?», pero Sorolla pintó a Galdós con la mirada desviada, pensativa, melancólica. Quizá don Benito transmite: «Tú lee, luego me cuentas, yo ya estoy concibiendo la siguiente historia».

Lo de dentro

Pasamos a ver cómo arrancan estos dos libros, tan diferentes, cómo siguen su conversación, mostrando cada cual qué tipo de libro es, qué tipo de autor, qué se puede esperar.

Primeras páginas de ambos libros.

Ya vemos lo que os comentaba en el post anterior sobre la densidad de los episodios nacionales: en el libro de Isra Bravo las palabras respiran, bailan con una coreografía neta, como la de la foto del autor, esperando que lleguen mejor al lector gracias a esta holgura. A la izquierda, el autor nos regala un vídeo.

Don Benito entra de lleno en el personaje, que habla en primera persona, nos sitúa en la época «Hoy 13 de octubre de 1847» y en el lugar. La numeración del capítulo nos hace ver otro detalle que no comparte con Isra Bravo: no hay títulos en los capítulos de los episodios nacionales, solo números romanos correlativos, que suelen llegar al XXX o sobrepasarlo ligeramente.

Pero Galdós hace algo más: ese primer capítulo hace simpático y cercano al nuevo personaje, que se presenta como «José García Fajardo, que vengo de Italia», lo que crea una sensación de familiaridad y calidez en el lector, invitándolo a saber más: ¿por qué viene de Italia? Claramente, por el nombre, no es italiano, luego, ¿qué le llevó allí? ¿Y por qué vuelve?

El personaje de Isra Bravo es el propio Isra Bravo, y no genera esta calidez o cercanía, no: lo que quiere es hacer reaccionar al lector. Empieza a contarle cómo viaja por primera vez en la clase business y qué diferente es esto a viajar (como tú) en clase turista: establece un discurso de autoridad y te dice «reacciona y podrás hacer lo mismo».

El final

No os puedo hablar más de ambos libros, pues acabo de empezar a leerlos. Es mi sistema: un libro de ficción para disfrutar de la literatura y un libro de no ficción para aprender. En realidad, subrayo ambos, aprendo de ambos, disfruto de ambos.

Sí os puedo decir que, al final, cada autor mantiene su particular estilo de esta manera:

Última página de Las tormentas del 48 y última página de 300 palabras.

Galdós siempre cierra los episodios de manera escueta: «Fin de [nombre del episodio]», después de haber leído un desenlace que normalmente no deja indiferente: las últimas páginas de cualquier novela de don Benito son trepidantes, los finales a veces son muy emotivos, como quizá sea este que termina con una carta de una madre.

No sigo; no puedo seguir: los lagrimones han mojado todo el papel. Recibe con ellos para ti y para María Ignacia el amantísimo corazón de tu madre, Librada.

Isra Bravo cierra apelando de nuevo a la acción del lector, con un «call to action»:

Entonces, ¿qué? ¿Empezamos? Empezamos. Con nuestras 300 palabras al infinito.

Las contraportadas

De nuevo, encontramos un diálogo interesante entre ambas contraportadas. La del libro de Galdós, más clásica, muestra un resumen de los dos episodios nacionales incluidos en el volumen, con una imagen que procede de una de las infografías del interior (la edición que hizo El Mundo en su día está muy cuidada; es excelente). La de Isra Bravo sigue transmitiendo información, sigue añadiendo valor, porque sabe que el lector puede convencerse de la compra leyendo lo de fuera.

Contraportadas de ambos libros, una más clásica, con la sinopsis, y otra más atrevida, entregando otras 300 palabras que respiran aire.

Un resumen frente a un contenido nuevo, otro más que apela al lector y termina «este libro te interesa».

Ahora es el turno de la actividad introspectiva de leer ambos, de aprender y disfrutar de ellos. Quizá este choque que parecía haber entre las obras se suaviza en un todo común, al menos en el mínimo de toda obra: el de un autor que cuenta algo a un lector.