Estuve a punto de lograrlo

De los seis procesos de guion que definió originariamente Eric Berne, el guion “casi” es de los más desesperantes. Solo tenemos que atender al mito con que Berne lo ilustró, el del castigo de Sísifo.

Sísifo tenía un guion "casi" y nunca lograba llegar a la cimaEste personaje mitológico fue condenado por los dioses a ascender una montaña con una gran roca muy pesada, pero cuando llegaba, la roca rodaba montaña abajo y Sísifo se veía obligado a volver a comenzar una y otra vez.

Igualmente, la vida de alguien con el guion “casi” consiste en realizar arduas tareas para lograr un propósito y, justo antes de lograrlo, abandona el objetivo sin más. Por ejemplo, estas personas dejan la carrera en el último año, sin acabarla, dejan los libros sin leer los últimos capítulos, huyen de los finales que confirman que un ciclo se cierra y una meta se logra.

Hay autores (Taibi Kahler) que a su vez dividen este guion de vida en dos tipos. El “casi tipo 1” es el descrito, abandona la subida a la montaña cuando está a punto de alcanzar la cúspide, y el “casi tipo 2” alcanza de hecho la cúspide, culmina, logra el objetivo pero entonces se dice:

“No, esto no era lo que yo buscaba”.

Y emprende una nueva subida a otra montaña mayor, sigue ascendiendo con su pesada piedra. Nunca llegará a su objetivo porque siempre lo rechazará por otro más lejano, más difícil.

¿Cómo reconocer al guion “casi”?

La forma de hablar de los que llevan un guion “casi” también “aborta” la misión del mensaje:

  • Empezar a hablar de algo y súbitamente cortarlo y hablar de otra cosa. Por ejemplo: “este es el libro del que quería hablarte. Por cierto, vi una película ayer que te quiero contar…”
  • Hacer enumeraciones positivas y cerrar con un componente negativo, como: “¡Qué bonito está este parque! Se nota que es primavera. Las flores huelen tan bien. Y están llenas de insectos asquerosos”.

 

¿Qué es lo que lleva a una persona a construir un guion de tipo “casi”?

Probablemente, un mandato adquirido en su infancia con el mensaje “complace a los demás”: solo estará bien si dedica su tiempo y esfuerzos a complacer a otros. Puede que además este mandato esté mezclado con “esfuérzate” o con “sé perfecto”.

El cóctel es explosivo: una persona que no es consciente de su guion “casi” se pasa la vida intentando complacer a los demás, y para ello se esfuerza mucho o bien busca la perfección en todos sus actos.

¿Cómo dejar de arrastrar la gran roca montaña arriba?

Desactiva estos mandatos tan exigentes.

Si te has identificado con el “casi tipo 1”, termina esa tarea que tienes entre manos antes de pasar a otra: lee el capítulo final de ese libro. Plancha esa camisa con detalle. Barre la habitación a fondo.

Si eres más bien del guion “casi tipo 2”, celebra tus logros, date cuenta de lo que ya has alcanzado, no te propongas una nueva meta hasta que no hayas reconocido tu éxito con la meta anterior.

En todo caso, se trata de identificar tus conductas automatizadas y de desactivarlas en aras de una conducta plenamente presente, que no repita patrones, sino que responda en cada momento a lo que hay aquí y ahora.

 

Esos otros habitantes

Ya me había familiarizado con el bicho. Entraba en el salón y lo veía ahí, en la pared, como un dibujo. Claro que, si me acercaba un poco, en seguida notaba su tridimensionalidad, sus largas patas sobresaliendo sobre su gran cuerpo.

Insecto ortóptero, familiarmente Pepe

Cuando entraba en el salón y no lo veía, sentía que él había roto un pacto: «puedes vivir aquí mientras en todo momento sepamos dónde estás«. Pero claro, él quería investigar, no ser un adorno colgante en la pared, y en ocasiones le perdía de vista.

Después de dos o tres días, el bicho, que se parece a una langosta y puede ser una chicharra, una cigarra, un saltamontes, un grillo, un… insecto ortóptero, al fin y al cabo, después de dos o tres días se acercó demasiado a la zona prohibida.

Ciertamente, él no sabía que no podía transgredir ese límite, que «si se acercaba tanto como para que su presencia recibiera la total atención, moriría«. En realidad, ahora me doy cuenta, las reglas las fijé yo mentalmente, y él las cumplía a veces sí y a veces no de pura casualidad. Era una relación injusta, descompensada.

Alguien me dijo que si un bicho te entra en la boca, el que tiene que tener miedo es él, no tú. Bueno, este amigo entra en la boca para un buen bocado masticado unas 70 veces… No, no me veo comiéndome al bicho.

En la sistémica, se dice que las fobias se corresponden con crímenes sexuales (violaciones) que ocurrieron en el sistema familiar al que se pertenece. Aun si es así, existen técnicas de visualización para quitarse estas fobias, tengan el origen que tengan. Hay fobias a los perros, a los pájaros, a las cucharachas, a las arañas… y a los insectos ortópteros.

La PNL (programación neuro-lingüística), propone visualizar a toda velocidad, de lejos y en blanco y negro las escenas más antiguas que recordemos relacionadas con esta fobia, y luego ir ralentizando el ritmo, ir acercando la imagen e ir dándole color.

En cualquier caso, nada me va a devolver la compañía silenciosa y ornamental de Pepe, que así se llamaba ya este otro habitante de mi casa.